1 comentario publicado Entre las medidas para proteger la naturaleza y evitar conflictos por proyectos de renovables, la secretaria de Estado de biodiversidad y uso del suelo de Irlanda, Pippa Hackett, ha destacado a EFE la generación fotovoltaica sobre tejados de particulares, que su país favorece al eximir a los ciudadanos de pedir permisos para instalar paneles en sus viviendas.
"Hasta ahora ha habido oportunidades para la energía solar: funcionan bien y van a continuar", ha recalcado Hackett, que participó en el reciente congreso del Partido Verde Europeo organizado en la capital de Dinamarca, donde también ha destacado las medidas de apoyo del Gobierno de Dublín al sector agrícola y ganadero “con alta intensidad” energética para que instalen paneles fotovoltaicos de forma que produzcan la energía que consumen.
La apuesta fotovoltaica de Irlanda
La transición energética en Irlanda apuesta por grandes proyectos de energías renovables en tierra y mar, pero también por la instalación de la fotovoltaica en casas y colegios, con ayudas directas y facilidades en los trámites para que los ciudadanos puedan vender a la red el remanente de energía que producen y no aprovechan.
Apenas unos días después de que Irlanda acogiera la primera asamblea ciudadana mundial contra la pérdida de biodiversidad, Hackett aplaude que algunas de sus conclusiones pongan de manifiesto que “ahora todos somos conscientes de la importancia de proteger y mejorar la biodiversidad”.
Tras su última sesión deliberativa, los ciudadanos pidieron un referéndum para reforzar su protección en la Constitución y pidieron más tiempo para debatir sobre asuntos como la agricultura, el agua y el uso del suelo, recordó Hackett, que asegura estar “deseando ver su informe final, a principios del año que viene”.
Esta política del partido ecologista irlandés se muestra reacia a basar la transición ecológica en medidas como el vehículo eléctrico: aunque reconoce la importancia de electrificar lo máximo posible el modelo energético, aboga por otro tipo de políticas para favorecer un nuevo modelo de transporte que incluya una movilidad más activa -a pie o en bicicleta- y potencie los viajes en medios colectivos.
Hacia la descarbonización
“Que la gente salga de sus coches y se suba al transporte público requiere un gran cambio de mentalidad, pero es mucho mejor que sustituir los coches de combustibles fósiles por coches eléctricos, lo que dejaría las carreteras igual de saturadas y no nos haría ganar en calidad de vida”, razona.
Admite que los biocombustibles “tienen un papel” en la descarbonización de algunos sectores, pero “no necesariamente para la producción de energía”.
“Estamos fijándonos, por ejemplo, en la digestión anaeróbica a partir de los desechos orgánicos", ha precisado, pues, aunque "no tenemos un gran sistema de digestión anaeróbica en Irlanda, es algo que estamos teniendo en cuenta en nuestra política de acción climática”.
Con la vista puesta en el inicio de la cumbre de la ONU sobre biodiversidad en Canadá (COP15), la secretaria de estado irlandesa incide en la relación entre la pérdida de biodiversidad y la crisis climática que exigirá, para ser contenida, una reducción rápida de las emisiones de gases de efecto invernadero, según sucesivos informes del IPCC, el grupo de expertos climáticos de las Naciones Unidas.
Si bien el resultado de la COP27 -la cumbre del clima de la ONU que tuvo lugar en Sharm el Sheij (Egipto) el mes pasado- ha decepcionado a muchos países europeos por la falta de ambición en cuanto a mitigación, Hackett subraya la "esperanza" y califica de positivo el fondo de pérdidas y daños, cuyas negociaciones por parte de la UE lideró el ministro irlandés de medio ambiente, Eamon Ryan.
Con todo, “el mundo desarrollado no puede simplemente comprar la solución a este problema”, recuerda Hackett respecto al cambio climático, sino que "debe dejar de emitir CO2 ya" para contribuir a una “solución a largo plazo”.
Eduard Rodriguez
06/12/2022