Hoy celebramos el Día Internacional de la Energía, una iniciativa global para concienciar sobre la importancia de hacer un uso responsable de nuestros recursos energéticos. Un día para ver el camino recorrido y los grandes retos que tenemos aún por delante. Este 2024 supone un punto de inflexión ¿por qué?
Debido a que en el último ejercicio la capacidad renovable incrementó rápidamente a nivel internacional manteniéndose por primera vez a la par del crecimiento de la demanda mundial de energía. Y en concreto en España, la energía limpia supuso por vez primera más del 50% de la generación eléctrica, una muestra de la importancia estratégica de las energías de origen renovable.
En la COP28, 116 países han acordado triplicar la capacidad mundial de energía renovable instalada para 2030 hasta alcanzar los 11 TW de capacidad frente a los actuales 4TW. Por su parte, la UE elevó al 42,5% el objetivo de consumo energético a partir de fuentes renovables para esta década, y hace unos días ha anunciado una reducción neta del 90% de las emisiones para 2040.
En concreto, en España tenemos el objetivo de alcanzar más de 160 GW de potencia renovable instalada para 2030 que se traduce en más de 100 GW de nueva renovable en los próximos 7 años. Para lograr estos objetivos, sin lugar a dudas, la tecnología juega un papel esencial: desde la incorporación de nuevas herramientas y softwares digitales que nos permitan optimizar el rendimiento de los activos, hasta el incremento de instalaciones que sumen fuentes renovables híbridas y la implementación de almacenamiento.
Servicios digitales para optimizar los activos
El desarrollo de las nuevas tecnologías nos permitirá optimizar las operaciones de los activos renovables. La integración de sistemas _scada _para la gestión de datos y parámetros técnicos, el análisis predictivo, o las inspecciones aéreas mediante drones son algunas de las nuevas herramientas que aumentan la eficiencia de los activos.
En esta misma línea, el desarrollo de plataformas digitales que incorporan tecnologías de big data e inteligencia artificial son un factor clave para aumentar la productividad de las instalaciones, así como la productividad y las capacidades además de mejorar los estándares de calidad y seguridad en las operaciones.
El almacenamiento energético e hibridación tecnológica
Otra de las tecnologías que avanzará este 2024 será el almacenamiento energético como sistema de respaldo en periodos de bajo recurso renovable, permitiendo almacenar el excedente de generación renovable en períodos de bajo consumo y usarlo en momentos de mayor demanda reduciendo así el hueco térmico; además de contribuir a controlar la frecuencia de la red durante las interrupciones en la generación, y facilitar la integración con fuentes de energía intermitentes. Según BloombergNEF se prevé un crecimiento anual a nivel internacional del almacenamiento de energía superior al 20% hasta 2030, mientras que en España el objetivo es alcanzar los 22 GW.
Por otro lado, el desarrollo de instalaciones que combinan la generación de energía solar y eólica en una misma planta permiten aumentar la competitividad, reduciendo la necesidad de invertir en infraestructuras de la red eléctrica. De acuerdo a los terrenos adecuados disponibles para la explotación de ambos recursos, es razonable prever un aumento en la cantidad de estos proyectos a corto y medio plazo. Esta tendencia es algo que veremos cada vez más en el sector en los próximos años.
Colaboración público-privada, y de la sociedad en su conjunto
Además de la innovación tecnológica, la colaboración entre el sector público, el privado y la sociedad, serán elementos clave para avanzar en el camino de la transición energética. La creación de un modelo energético totalmente sostenible requerirá de un esfuerzo común, y de una apuesta sólida por parte de todos los actores.
María Jesús del Río es Emerging Technologies Director de Solarig.
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