La primera gran consecuencia del Brexit en materia energética tiene nombre y apellidos. Irlanda. El país vecino de Inglaterra es el que más va a sufrir la salida de los británicos de la UE. Pero la solidaridad europea está para algo.
Los principales proyectos de interconexión que posee Irlanda eran con Gran Bretaña, pero al dejar de ser miembro de la UE, Irlanda tiene que cambiar esos proyectos por unos nuevos que le enganchen a la red europea. No puede alcanzar acuerdos bilaterales con Gran Bretaña.
Es por ello, que la Unión Europea, a través del Banco Europeo de Inversiones ha decidido salir al rescate de Irlanda y apoyarla en dos grandes proyectos energéticos al alcance de muy pocos.
Se trata de una línea de interconexión eléctrica submarina que una Irlanda con Francia, con el gasto que ello conlleva.
El otro gran proyecto es una terminal de GNL en tierras irlandesas para poder importar gas de otros países y convertirla en una referencia europea.
En total, unos 2.000 millones de euros que necesitan el apoyo del BEI. El año pasado el banco europeo dio a Irlanda 800 millones para varios proyectos. Ahora está estudiando ambos proyectos en profundidad para ver cuál será la cifra exacta a financiar para que arranquen los proyectos.
La línea de interconexión, conocida como Celta Interconector, se pondrá en marcha en 2025. De momento la UE ha financiado con algo más de 4 millones para realizar los estudios previos a la construcción del proyecto. En total son más de 500 kilómetros de cable submarino.
Donde podría haber más problemas es con la planta Shannon GNL. Al haber un exceso de demanda de gas natural licuado, la UE se ha pensado dos veces si ayudar a arrancar el proyecto. Pero ahora las necesidades de Irlanda son otras.
Además, está previsto que se realicen varios almacenes de gas en la zona e incluso una central de ciclo combinado de 500 MW para suministrar electricidad a esa parte de Irlanda.
Una desconexión total de Gran Bretaña, sin lazo comercial alguno, dejaría irlanda totalmente fuera de juego. Además, podría conllevar echar por tierra el trabajo de muchos años dentro de la UE de crear un único mercado entre Irlanda y su vecina Irlanda del Norte.
Ahora Irlanda tiene que jugar fuerte y tratar de conseguir que se ablande la Administración May.