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Los países desarrollados tenemos la oportunidad y el deber de procurar un mundo mejor para las próximas generaciones. Tomando el liderazgo del desarrollo tecnológico, serviremos de ejemplo para el resto de países, que con seguridad emprenderán su transformación en la misma línea. Hoy, la sostenibilidad y el respeto por el planeta deben representar un compromiso firme que condicione nuestra actividad.

Hace poco, el Parlamento Europeo aprobó el objetivo común de reducir un 55% las emisiones de CO2 para el 2030 con el objetivo de ser el primer continente del mundo en ser neutro en producción de carbono en 2050. En el debate previo a su aprobación, surgió la necesidad de que estos compromisos se establezcan desde una perspectiva ambiciosa y realista, a la vez que, por otro lado, se cuestionaba el impacto en la estabilidad laboral y en la generación de empleo. Riesgos sobre el empleo en un contexto enmarcado por dos crisis recientes como la financiera y la actual, causada por el Covid-19.

¿Es posible impulsar una transición sostenible de nuestras economías con un impacto positivo en la generación de empleo? La respuesta es sí. Según nuestras estimaciones se podrá emplear hasta 13 millones de personas en torno a la transición energética para 2030. Además, se hará de manera rentable: las previsiones indican que cada euro invertido en esta cartera de tecnologías limpias genere 9 euros de ingresos futuros en los mercados europeos de aquí a 2050. Esta es una de las principales conclusiones de un estudio elaborado por Capgemini Invent y encargado por la fundación Breakthrough Energy, una red de entidades fundada por Bill Gates y otros líderes empresariales mundiales.

Nuestro análisis se enmarca en cinco áreas clave de la economía europea como son la energía, la industria, el inmobiliario y construcción, el transporte y la alimentación y uso de los suelos. Sectores que, abordando las iniciativas adecuadamente, serán clave para la generación de empleo y rentabilidad en la transición energética que nos permita alcanzar nuestros objetivos. Pero, ¿cuáles son las tecnologías concretas en las que invertir?

Desde el punto de la generación energética, Europa ha sido siempre un continente dependiente de los combustibles fósiles. Inversiones en la optimización de tecnologías de generación renovable ya existentes y el desarrollo de la innovación en la fotovoltaica o eólica flotante junto con la industria del hidrógeno contribuirán definitivamente a alcanzar nuestros objetivos. Solo a través de la inversión en potenciar las energías renovables se conseguiría una reducción de 460 millones de toneladas métricas de CO~2~ al año en 2030, ocuparía a 2,2 millones de personas de manera permanente y generaría un impacto de 152 mil millones de euros en los países europeos.

La industria, donde se concentra uno de los mayores focos de emisión de gases de efecto invernadero, supone a su vez uno de los mayores pilares para la generación de empleo estable. Existe, por tanto, una gran oportunidad para la reducción de las emisiones anuales que podría alcanzar los 269 millones de toneladas métricas de CO~2~, emplear a casi cuatro millones de personas durante la próxima década y conseguir un retorno de la inversión de hasta 216.000 millones de euros. Las medidas pasan por la creación de un entorno rentable para la captura y reutilización del carbono procedente de las emisiones y la promoción de medidas de eficiencia energética, entre otros.

El sector inmobiliario y la construcción en general, y en el segmento residencial en particular, requieren una renovación hacia el uso de edificios más sostenibles y eficientes energéticamente. El traslado y reforma hacia un parque de inmuebles de la mano de una regulación que lo potencie ayudará emplear a cuatro millones y medio de personas para 2030, a reducir en 355 millones toneladas métricas de CO~2 ~las emisiones de nuestras ciudades y generaría un retorno de 245 mil millones de euros durante la próxima década.

El transporte y la alimentación, son sectores estratégicos que deben transitar hacia la electrificación y aprovechar así la generación renovable. Las inversiones en estos campos reducirían en 247 toneladas métricas de CO~2 ~las emisiones, emplearían a más de dos millones de personas y supondrían un retorno de 177 mil millones de euros para 2030.

Disponemos de todo lo necesario para lograr nuestros objetivos de manera rentable, la determinación en el desarrollo de políticas y regulación que potencien en desarrollo tecnológico serán claves para alcanzar el éxito.

Antonio Alonso Rubio es Director de Energía y Utilities de Capgemini Invent.

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