Estos días en los que nuestros hijos han estado de vacaciones, he podido encontrar un hueco para ir con mi hijo a ver la última película de Star Wars. Se llama Rogue One. Y la verdad es que está muy bien. En ella el Imperio malvado con Darth Vader a la cabeza se ha dedicado a crear un arma destructiva, la Estrella de la Muerte.
Y no me digan por qué, cada vez que veo esa obra magnífica de ingeniería, me acuerdo de Red Eléctrica. Son varias las cosas que les unen. Voy a tratar de explicárselo.
Lo primero de todo es la configuración de la Estrella de la Muerte. Es un todo en uno. Es una red de espacios, pasajes, que conectan unos con otros para crear un ser perfecto. Más o menos como la red eléctrica española que controla el operador del sistema. Es una obra faraónica, que trabaja a las mil maravillas, que funciona como un reloj suizo, todo conectado y controlado. Casi la perfección.
Otra de las cosas es que la Estrella de la Muerte (Red Eléctrica) está controlada por el Imperio (el Gobierno). Vader es Nadal y Rajoy el emperador. (No voy a entrar en si son malos o menos malos. Que cada uno saque sus conclusiones).
Colocan allí a sus mejores ingenieros para crear la Estrella de la Muerte. Y claro, normalmente es un acierto. Crean una empresa casi perfecta. Parece que es intocable, pero tal y como pasa en Rogue One con la Estrella de la Muerte, en Red Eléctrica se ha encontrado el punto débil que puede acabar con la compañía, o al menos con buena parte de sus beneficios.
Ese punto débil lo ha encontrado La Resistencia. En este caso, La Resistencia tiene nombres y apellidos, y se llaman municipios españoles. Estos han conseguido encontrar el punto débil de Red Eléctrica. La semana pasada el Tribunal Supremo dio la razón a unos municipios y podrán a partir de ahora cobrar la tasa municipal por el uso del dominio público de las instalaciones de la red de transporte de energía eléctrica.
Es decir, por el uso y disfrute de las ventajas de las líneas eléctricas que pasan por los miles de pueblos de España. La sentencia del TS obliga a compañías como Red Eléctrica a pagar millonarias cifras a los ayuntamientos que así lo requieran.
Podrían ser cientos de millones de euros si los miles de ayuntamientos requieren la tasa municipal. Es como una especie de IBI por el uso de suelo público por parte de las compañías eléctricas.
Dicha tasa se aplicará sobre el beneficio estimado para la empresa por el uso y disfrute de unas instalaciones que pertenecen realmente a los ciudadanos de cada municipio. Si REE obtuvo unos 606 millones de euros en 2015, esta cifra se podría ver afectada en buena parte por culpa de esta tasa, teniendo en cuenta que posee 42.000 kilómetros de líneas por todo el territorio español y el Supremo obliga a pagar unos 10.000 euros de media por cada kilómetro. Hagan cuentas.
De esta manera, el beneficio se vería muy perjudicado, y con ello también podría afectar severamente al dividendo de la compañía. De momento, REE no ha dicho esta es boca es mía. Guarda silencio. Está a la espera de estudiar en profundidad la sentencia para poder tomar una decisión al respecto.
¿Se imaginan que decide recurrir la sentencia ante el Tribunal de Justicia Europeo? ¿Qué pasaría si el Tribunal de Luxemburgo falla de nuevo contra REE? La repercusión sería fatal para todo el sector eléctrico y gasista europeo. REE se convertiría en el punto de mira de todo el sector. Se declararía empresa non grata.
A todo esto, en Bruselas quieren acabar con el monopolio que posee el operador del sistema eléctrico en el negocio de las interconexiones eléctricas en España. Se le podrían juntar dos decisiones que acabarían con el chollo que ha disfrutado REE durante los últimos años.
Cabe decir que REE ha sido la empresa que menos ha sufrido la reforma eléctrica del Gobierno del PP. Se podría decir incluso que ha salido mejor parada. Pero La Resistencia ha encontrado el punto débil de la Estrella de la Muerte. Nada es perfecto, y menos si está detrás el Imperio.
Ramón Roca es director de El Periódico de la Energía.
Jaac
09/01/2017