El marco regulatorio de criterios ESG (medioambientales, sociales y de buen gobierno) de la Unión Europea (UE) ha contribuido al aumento de la inversión sostenible, si bien necesita mayor claridad y mejoras, según un estudio de CFA Institute, asociación de profesionales del sector.
CFA señala que los principales desafíos que encaran los inversores en este ámbito residen en torno a la divulgación de las finanzas sostenibles, la fiabilidad de los datos y la complejidad de las calificaciones ESG.
Entrando al detalle, la falta de datos confiables y verificables se traduce en un 65% de encuestados que señalaron que la falta de ellos supone uno de los mayores desafíos para los gestores de activos en la implementación del reglamento SFDR (relativo a las finanzas sostenibles) de la UE.
Ligado a esto, casi la mitad de los participantes explicó que los los costes para obtener datos ESG y la falta de personal capacitado y con experiencia para recopilarlos y analizarlos era otro de los mayores desafíos para implementar con eficacia el reglamento en cuestión.
La información sobre ESG
El informe ha puesto a su vez el foco en que los inversores minoristas pueden confundirse con el volumen y las complejidades de la información sobre sostenibilidad, ya que, según un 45% de los encuestados, esta coyuntura "a menudo lleva a confusión" a los inversores minoristas cuando toman decisiones de inversión.
De hecho, hasta una tercera parte de los encuestados aseveró que los requisitos de divulgación de los artículos 8 (promueven iniciativas sociales y ambientales junto con los objetivos de resultados tradicionales) y 9 (con objetivos explícitos de sostenibilidad) son "demasiado complejos y dificultan" que los minoristas entiendas plenamente el grado de impacto en sostenibilidad de los fondos en los que están considerando invertir.
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