El Gobierno británico anunció este miércoles que en 2023 limitará temporalmente los beneficios de las empresas generadoras de energía renovable y nuclear, que actualmente se benefician de precios inflados en el mercado mayorista por estar vinculados al encarecimiento del gas a nivel global.
El Ejecutivo conservador incluye la medida, que ha sido criticada por el sector, en su proyecto de ley de Precios de la energía, que empieza su trámite parlamentario con varias ayudas a los ciudadanos y las empresas para combatir la crisis energética.
El llamado "Límite de costes más ingresos" se introduce para evitar que se lucren desproporcionadamente los generadores de electricidad renovable, como solar o eólica, y nuclear cuyos precios al por mayor han subido al estar ligados con los del gas, explica el Gobierno en un comunicado.
Otras compañías de formación más reciente que operan basándose en otro tipo de contratos no se verán afectadas, puntualiza.
Windfall profits por el gas
El Ejecutivo conservador explica que en el mercado del Reino Unido "los precios de la electricidad al por mayor los establece la forma de generación más costosa, que es la generación a través de la quema de gas, por lo que han subido significativamente" desde la invasión rusa de Ucrania.
De este modo -añade-, "las empresas que generan electricidad de bajas emisiones de carbono (no mediante la combustión de gas) se están beneficiando de precios anormalmente altos", lo que perjudica a los consumidores, que "tienen que pagar mucho más por la energía generada a partir de fuentes renovables y nucleares aunque a menudo cuesta menos producirla".
Por este motivo, la nueva legislación otorga al Gobierno poderes para "ayudar a romper el vínculo entre los altos precios mundiales del gas y el costo de la electricidad con bajas emisiones de carbono", precisa.
Este límite a los ingresos, que puede afectar a compañías como SSE y Scottish Power (parte del grupo español Iberdrola), se empezará aplicando en Inglaterra y Gales, con la idea de extenderlo a Escocia e Irlanda del Norte, apunta la nota.
Durante toda la crisis
El Gobierno advierte de que "la mecánica precisa del límite de ingresos" se detallará tras concluir un periodo de consulta con las partes interesadas, pero en cualquier caso siempre garantizará que las empresas "cubran sus costes y generen además unos ingresos apropiados" según su producción, compromiso de inversión y perfil de riesgo.
Se anticipa que este "Límite de costes más ingresos" dure "hasta que los mercados vuelvan a la normalidad o las empresas generadoras se trasladen a otro tipo de contratos" no ligados al gas, manifiesta.
De cara a determinar los precios, el Gobierno considerará un factor relevante "las expectativas previas a la crisis para los precios mayoristas y cuál hubiera sido su tope máximo razonable", dice en el comunicado.
El Ejecutivo subraya en su nota que esta intervención "no es un impuesto por ganancias inesperadas" (como lo que el Gobierno anterior aplicó al petróleo y el gas), dado que "solo afectará a los ingresos excedentes en lugar de gravar todas las ganancias".
"Se trata solo de racionalizar la situación. No es un impuesto sobre las ganancias inesperadas, no es ningún impuesto. No tiene nada que ver con las ganancias que obtienen estas empresas", ha declarado el ministro de Negocios, Jacob Rees-Mogg.
Sin embargo, la oposición política señala que la primera ministra, Liz Truss, ha reculado en su promesa de no imponer impuestos extraordinarios al sector energético, mientras que el sector afectado lamenta que la medida desincentivará la inversión.
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