La directora del negocio comercial y químico de Repsol, María Victoria Zingoni, ha dicho que la compañía no descarta construir proyectos renovables y operarlos, además de en España, en otros países donde ya tiene presencia.
Zingoni, que ha participado en el encuentro anual sobre energía que organiza el IESE, ha señalado, además, que por ahora la compañía se centrará en las tecnologías eólica terrestre y fotovoltaica y, aunque Repsol participa en el consorcio que desarrolla el parque eólico flotante Windfloat en Portugal, ha señalado que no descartan desarrollar eólica marina, pero es algo que la compañía no ve en el corto plazo.
La también presidenta de Repsol Gas y Electricidad ha recordado que Repsol empezó el año pasado en el negocio renovables y tiene ya 3 gigavatios (GW), a los que sumará 700 MW a finales de año, para alcanzar los 5 GW antes de 2025 y los 15 GW en 2030.
Asimismo, ha explicado que Repsol ha reducido en los últimos quince años más de 5 millones de toneladas al año de reducción y a finales de 2019 la compañía anunció su objetivo de ser neutra en emisiones de carbono en 2050.
Repsol lleva invertidos 400 millones de euros en eficiencia energética desde que en 2005 empezó a invertir en todos sus complejos industriales, entre ellos los cinco que tiene en España enfocados cada vez a hacer productos más bio, ha indicado Zingoni.
Respecto al papel del hidrógeno en la transición energética, ha señalado que el hidrógeno está ahí desde un punto de vista tecnológico, pero tiene el desafío de ser viable desde el punto de vista económico.
Ha señalado que para ello habrá que aprovechar las renovables, pues cuando haya mucha fotovoltaica, a determinadas horas del día el precio en el mercado mayorista puede estar abajo y se podría aprovechar energía a precio cero para hacer hidrógeno verde, por el que considera que hay que apostar sobre todo en procesos industriales.
En cuanto a su uso en el transporte pesado, ha dicho que también es posible, pero tiene la desventaja de que montar una hidrogenera cuesta entre 1,5 y 2 millones de euros, mientras que una estación de recarga eléctrica vale entre 300.000 y 500.000 euros.
Zingoni también ha considerado que la captura de CO2 está inmadura desde el punto de vista tecnológico.
Deja tu comentario
Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Todos los campos son obligatorios