Ribera aspira a un acuerdo sobre la reforma del mercado eléctrico antes de verano

La vicepresidenta tercera y ministra española para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha asegurado que su intención es conseguir que los Veintisiete lleguen "cuanto antes" a un acuerdo sobre la reforma del diseño del mercado eléctrico, a poder ser antes del verano o a partir de septiembre.

En su comparecencia previa a la tercera y última jornada de la reunión informal de ministros de Energía y Medioambiente de la Unión Europea, que se celebra desde el lunes en Valladolid, la ministra ha insistido en que la voluntad es cerrar el expediente antes de Navidad, aunque ha reconocido que la cuestión ahora es cómo manejar posturas que, aparentemente, son contradictorias.

Desde su punto de vista, no hay que menospreciar a ningún Estado miembro, lo que significa que todos los Gobiernos van a tener que "ceder posiciones" en la negociación. Ribera ha recalcado que España pretende que exista un consenso "cuanto antes", lo que permitirá llevar las conversaciones al trílogo del que forman parte el Parlamento Europeo, el Consejo y la Comisión.

Mañana mismo, los técnicos seguirán debatiendo en Bruselas en el marco de las representaciones permanentes, a fin de encontrar una "fórmula", respetando, eso sí, el mercado interior y garantizando que ésta no distorsiona la necesidad de descarbonizar la economía comunitaria.

Reuniones

La vicepresidenta tercera también se ha referido a las dos reuniones que mantuvo en la víspera con la Alianza Nuclear, impulsada por Francia, y con los socios partidarios de impulsar las energías renovables, como Alemania.

"Fueron interesantes porque les trasladamos que nuestro interés es poder encontrar propuestas sólidas desde el punto de vista del buen funcionamiento del mercado interior y la coherencia del proceso de descarbonización en Europa que sean aceptables para todos", ha apuntado.

De acuerdo con Ribera, tanto unos como otros acogieron "bien" el mensaje, y "agradecieron" el compromiso de intentar alcanzar el máximo consenso y no conformarse con gestionar la cuestión con una mayoría cualificada.

Asimismo, los Estados se comprometieron a trabajar con la "máxima transparencia y diligencia" para contar con un texto que reúna todas estas características lo antes posible.