La vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, ha considerado que "llega a los tribunales el hartazgo por el 'greenwashing'".
En un breve comentario en su cuenta de la red social X, antes Twitter, Ribera se pronunciaba así, sin dar nombres, después de conocerse este lunes que Iberdrola ha presentado una demanda contra Repsol en el Juzgado de lo Mercantil número 2 de Santander por "competencia desleal y publicidad engañosa", al considerar que ha incurrido en 'greenwashing' o blanqueo ecológico.
El escrito se interpuso por Iberdrola al amparo de la Ley de Competencia Desleal, basándose en los artículos de actos de engaño (art. 5), omisiones engañosa (art. 7) y publicidad ilícita (art. 18) en el marco de sus campañas de publicidad y comunicaciones corporativas, informaron a Europa Press en fuentes de la compañía.
El greenwashing
En la demanda, Iberdrola acusa a Repsol de promocionar iniciativas sostenibles, "cuando su oferta multi producto busca fomentar el uso de carburantes", así como de "centrarse en la sostenibilidad, cuando constituye un elemento menor de sus actividades actuales".
Además, el grupo presidido por Ignacio Sánchez Galán considera que las campañas de Repsol "constituyen una infracción de la Ley de Competencia Desleal, al incluir actos de engaños y omisiones engañosas sobre el compromiso medioambiental de la compañía".
Por su parte, fuentes de Repsol consultadas por_ Europa Press_ defendieron que su estrategia y su propuesta de valor a los clientes "son únicas en la Península Ibérica y han generado nerviosismo en Iberdrola, una empresa que no está acostumbrada a manejarse en un marco competitivo, sino más bien a depender de las reglas propias de un mercado eminentemente regulado".
"Prueba de ese nerviosismo es la presentación de esta supuesta demanda, carente de fundamento y de la que Repsol no ha sido notificada. Repsol seguirá creciendo en clientes de electricidad y continuará ofreciendo a la sociedad soluciones energéticas de presente y de futuro, como los combustibles renovables, que son vistos por parte de algunos, entre ellos Iberdrola, como una amenaza al discurso, falso, de que la electrificación es la solución única para reducir las emisiones de CO2 en el transporte", añadieron las mismas fuentes.
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