La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha explicado que la respuesta común de la Unión Europea para acordar un tope de 180 euros el megavatio hora (MWh) en las compras de gas de la UE es una medida de “garantía” para que el incremento “tan espectacular” del precio del gas acontecido durante el último verano “no pueda volver a ser una realidad”.
Así lo ha indicado en los pasillos del Congreso, donde Ribera ha indicado que el mecanismo acordado traslada el mensaje de que el continente no está dispuesto a “comprar gas a cualquier precio”.
El tope al gas europeo
La ministra ha explicado asimismo que este mecanismo se activará cuando al mismo tiempo se superen los 180 euros en el mercado europeo durante tres días seguidos y haya una diferencia de precio de 35 euros respecto a los mercados internacionales.
En lo que respecta a las negociaciones para alcanzar un consenso, Ribera ha reconocido que estas han sido “muy intensas”, ya que cada país tenía sus intereses particulares. Sin embargo, la vicepresidenta ha celebrado el consenso alcanzado, que a su juicio traslada el mensaje de que el continente “no está dispuesto a pagar la locura de precios de este verano”, cuando en su opinión, además, “no había problemas de escasez”.
“Vimos una Europa dispuesta a ponerse en la piel del otro”, ha remarcado la ministra, quien ha defendido que además el proceso de negociación ha sido “enormemente productivo”.
2 comentarios
A ver, Teresa, pero qué me estás contando, que nos decías que el “tope al gas” en Europa iba a ser como el de la “excepción ibérica” y no nos explicas que lo firmado no tiene nada que ver. Que seguiremos gastando el doble de gas en España cuando sea caro, para vender la electricidad a nuestros vecinos a menos de la mitad del precio que nos cuesta y les seguirás cobrando el sobre precio en los recibos a los euro-peitos españoles. La excepción ibérica, es la excepción española, porque a nadie más en el universo le aceptarían un trato tan perjudicial para los suyos.
Teresa, nientes nás que parpadeas.