La vicepresidenta y ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, ha informado este viernes de que el Gobierno abrirá tres vías de financiación para el proyecto de descarbonización de Solvay --un Perte, la convocatoria de cogeneración y una nueva línea de ahorro energético--, además de que tratará de agilizar el proyecto de la central de Aguayo.
Así se lo ha trasladado al consejero de Industria, Javier López Marcano y al de Obras Públicas, Ordenación del Territorio y Urbanismo, José Luis Gochicoa, a quienes ha recibido en la sede del Ministerio.
Según ha informado el Gobierno de Cantabria, Ribera ha anunciado a Gochicoa y Marcano que el Ministerio trabaja "intensamente" para "encajar" el proyecto de descarbonización de Solvay dentro de todas las actuaciones puestas en marcha por su departamento y está ultimando tres líneas de actuación: el Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (Perte) de la descarbonización, la convocatoria de cogeneración donde se plantea la transformación de carbón a gas, y la creación de una nueva línea de ahorro energético de certificados blancos.
Solvay
"Estamos dando la batalla y lo vamos a conseguir", ha afirmado Ribera ante Marcano y Gochicoa, quienes han salido "satisfechos" ante "el conocimiento en profundidad de los temas" y la "buena disposición" de la ministra para acelerar e impulsar dos proyectos que su departamento considera "estratégicos" para Cantabria.
En este sentido se ha manifestado Gochicoa, que ha recordado que el proyecto de Aguayo está en tramitación urbanística en el Gobierno de Cantabria y se resolverá "con prontitud".
Uno de los elementos más destacados es "el tema normativo del mercado de capacidad, fundamental para que la empresa pueda verlo atractivo y lleve a cabo una inversión importante para el futuro energético de Cantabria y de España", ha dicho.
Por su parte, Marcano ha salido de la reunión con la ministra con una "magnífica impresión" al detectar "una disposición óptima" de Ribera. "Nos ha dejado claro que domina el asunto, que es difícil que algo le pase inadvertido y con el talante con el que ha enfocado los asuntos nos ha hecho un ejercicio de fe en los dos proyectos, tanto en el de Aguayo como en el de la descarbonización de Solvay, no exenta de compromiso", ha comentado
El proyecto
La fabricación de carbonato y bicarbonato sódico, producto básico de la empresa Solvay, es muy calorintensiva y el 80 por ciento de la energía térmica necesaria para su proceso productivo se obtiene a partir de dos calderas de carbón con un consumo anual de 260.000 toneladas.
El proyecto de Solvay consiste en reemplazar la mitad del consumo de carbón por una caldera de Combustible Derivado de Residuo (CDR), que supondría una disminución de 150.000 toneladas de emisiones de CO2 gracias a que el CDR tendría un contenido biogénico del 58 por ciento.
En opinión de la empresa y del Gobierno de Cantabria, este proyecto supondría una alternativa al depósito en vertederos de los residuos generados, contribuyendo a alcanzar el objetivo de la Unión Europea de depósito en vertedero de menos 10 por ciento en 2035.
También encaja en las políticas palanca definidas en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.
La inversión de este proyecto se calcula en 140 millones de euros, y además de conservar los puestos de trabajo actuales, se generarían al menos 30 nuevos empleos.
Central de Aguayo
La central hidroeléctrica de Aguayo, ubicada desde 1982 en el municipio de San Miguel de Aguayo (Cantabria), es de bombeo reversible capaz de almacenar energía eléctrica y perteneciente a Repsol.
El proyecto de la ampliación de la central supondría incrementar en un gigavatio (GW) la capacidad instalada de la actual central de bombeo y elevarla hasta un total de 1,4 GW, convirtiéndose en la segunda más grande de España de sus características, en lo que sería la mayor inversión de la historia de Cantabria (700 millones de euros).
El proyecto, que en criterio de los representantes del Gobierno regional es esencial para el desarrollo de Cantabria, sería una ampliación sin impacto visual y sin actuaciones relevantes en el embalse de Alsa ni el depósito de Mediajo.
Para ello, se instalarían de forma subterránea nuevas conducciones de agua y equipos que permitirían incrementar la potencia de la central hasta cerca de 1.000 MW adicionales, con lo que la producción anual de energía llegaría a los 2.000 GWh/año.
La ampliación de la central se configuraría con cuatro grupos de turbinas reversibles de una potencia aproximada de 250 MW cada una.
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