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Las empresas, en especial las energéticas, están sufriendo un profundo cambio en su desarrollo. Hace apenas unos años, la evolución de los modelos de negocio se medía en décadas. Hoy se mide, en el mejor de los casos, en trimestres.

Las empresas operaban de manera aislada, en competición y en contra de todo lo que frenara su deseo de primar al accionista. Las empresas más exitosas hoy y todavía más en el futuro van a ser las que sean capaces de evolucionar desde un modelo competitivo a uno colaborativo.

Empresas capaces de dar vida a lo que la sociedad les pide: cocrear, colaborar, ser parte de coaliciones de propósitos compartidos que rápidamente evolucionen desde ser la causa de los problemas a ser la solución a los principales retos societarios y planetarios.

Presiones en aumento

Aumentan los frentes de presión, empujando este nuevo rol de la empresa y haciéndolo indispensable para afrontar la nueva economía:

  1. el tsunami de legislación verde;
  2. la expectativa del cliente, lo que crea o destroza nuestro capital más importante, nuestra reputación;
  3. las expectativas de los protagonistas del éxito que necesitamos crear: nuestros empleados. Queremos trabajar en empresas con una gobernanza justa y transparente. Empresas donde empleados motivados declaren con orgullo trabajar en una empresa cuyo modelo de negocio aporta a la sociedad donde viven.

El talento, tan esencial en el futuro de las empresas, nunca se ha sentido tan libre de volar, con la misma rapidez de las presiones trimestrales, hacia empresas con alma que les permitan aportar un impacto real, en especial al medio ambiente y en la única lucha en la que estamos todos unidos: contra el cambio climático.

El gran reto - no encontrar el cómo

Estamos todos de acuerdo que la evolución es necesaria. Es fácil decir “hay que resetear el sistema económico”. Pero a cada reset hay que empezar con algo nuevo. En esta era donde no hay tiempo ni para pensar, ni para equivocarse, dejar atrás modelos obsoletos pero que nos daban seguridad es muy retador.

Desde décadas la EOI ha estado contestando a este deseo y capacidad de transición, hoy más buscada que nunca. Creando el conocimiento y la capacidad colaborativa en sus alumnos, permitiéndoles ser co-creadores del futuro sostenible de sus organizaciones. En especial lo vemos cada día en el International Master in Sustainable Development and Corporate Responsability y, como no podía ser de otra forma, en el Master en Energías Renovables y Mercados Energéticos, donde el compromiso de la formación en excelencia convive con el propósito de buscar un mundo en el que la energía, lejos de ser un bien de lujo, se convierta en el motor de una nueva y mejor economía, inclusiva y en el que todas las empresas puedan contribuir a un mundo más eficiente.

Daniel Trurán, director académico del Master Internacional de Desarrollo Sostenible y Responsabilidad Social Corporativa de la Escuela de Organización Industrial – EOI.

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