La Guardia Nacional de Rusia ha detenido a dos empleados de la central nuclear de Zaporiyia, en el sur de Ucrania y ocupada por las fuerzas rusas, que habrían transmitido información a las Fuerzas Armadas de Ucrania sobre la ubicación del personal y equipamientos en el territorio de la planta.
El cuerpo militar informó en un comunicado que "frenó acciones ilegales que amenazaron la seguridad de la central nuclear de Zaporiyia" al detener a los dos trabajadores.
También detuvieron a una tercera personas que violó "el control de acceso" a la central, un "cómplice de las Fuerzas Armadas de Ucrania", que habría transmitido "las coordenadas del movimiento de columnas de convoyes rusos".
La seguridad en Zaporiyia
La Guardia Nacional o Rosguardia aseguró que sus fuerzas continúan protegiendo y defendiendo la central nuclear, la mayor de Europa, en condiciones "difíciles", tras haberla tomado el 4 de marzo en el marco de la intervención bélica de Rusia en Ucrania.
Según este cuerpo armado, durante estos más de cinco meses de ocupación de la planta fueron detenidos 26 "violadores de acceso" a la central.
Rosguardia también aseguró que el personal de la planta nuclear "continúa trabajando como es habitual y Rusia mantiene el suministro eléctrico de las instalaciones y vigila los niveles de radiación.
Indicó que especialistas de protección radiológica, nuclear, biológica y química de la Guardia Nacional, junto con colegas del Ministerio de Defensa de Rusia monitorean a diario la radiación al medir sus niveles en puntos de control a lo largo del perímetro de la instalación.
Los bombardeos
Además, zapadores y especialistas del grupo de reconocimiento y desminado, con la ayuda de perros detectores de minas, inspeccionan diariamente el territorio adyacente a la central nuclear para buscar objetos explosivos y explosivos.
La Guardia Nacional de Rusia hace estas declaraciones en medio de la preocupación de Ucrania y de Occidente por la central nuclear, que está sometida a bombardeos que amenazan con causar un desastre nuclear, según ha advertido la comunidad internacional.
El director de la agencia atómica de la ONU, el OIEA, Rafael Grossi, prepara una posible inspección a la planta de Zaporiyia.
La situación se ha agravado con los recientes bombardeos en las inmediaciones de la central, de los que Rusia y Ucrania se acusan mutuamente.
El OIEA aseguró anoche en un comunicado que Ucrania le ha informado de que las explosiones registradas el pasado fin de semana han causado "daños adicionales" en las cercanías de la planta.
Grossi alertó de nuevo de "los graves riesgos de seguridad y protección nuclear a los que se enfrenta la instalación" y destacó la urgente necesidad de que un grupo de expertos del OIEA visite la central lo antes posible.
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