Sacyr cerró el ejercicio de 2019 con unas pérdidas de 298 millones de euros, frente a la ganancia de 150,4 millones que había registrado un año antes, debido al impacto contable de 354 millones por su participación en Repsol, según ha comunicado este viernes a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Sacyr ha explicado que este "impacto contable" no afecta a la caja de la compañía "ni influye" en los negocios, el dividendo o en la estrategia del grupo, al tiempo que ha valorado en más de 70 millones en caja la gestión activa de los derivados que protegen la participación en Repsol.
De hecho, el ****beneficio neto generado por los negocios ****del grupo se situó en 120 millones, un 47 % más que un año antes.
Por áreas de negocio e ingresos netos, la Ingeniería e Infraestructuras creció un 35 % (34,5 millones); el de Servicios, un 3,4 % (30,5 millones); el de Concesiones avanzó un 189 % (44,8 millones), y el Industrial retrocedió de 11 millones en 2018 a 10,4 millones en 2019, por la finalización de grandes proyectos en ejecución.
Según las cuentas publicadas, el flujo de caja operativo fue de 510 millones, 100 millones por encima de los resultados de 2018, un 24 % más.
La facturación se elevó hasta 4.169 millones, un 9,8 % más que en 2018, y el resultado bruto de explotación (ebitda) ascendió a 680 millones, un 25 % por encima del resultado anual anterior.
La cartera global de ingresos en 2019 recayó en un 50 % en Europa, un 47 % en América y un 3 % en otros continentes.
La deuda neta del grupo se situó en 4.315 millones, un 6,6 % más, que la empresa lo explica por la actividad inversora en nuevos proyectos concesionales (el 80 % de deuda a muy largo plazo asociada a proyectos).
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