Las políticas medioambientales y el negacionismo al cambio climático de Donald Trump están chocando frontalmente con la opinión generalizada de los norteamericanos. El Periódico de la Energía ha hablado con el economista Stephen Donofrio, experto ambientalista, director de Mercado de Forest Trends y miembro del Programa Finance Initiative de la ONU, quien asegura que casi el 100% de los estadounidenses están preocupados por los impactos que ya se están viendo a causa del calentamiento del planeta.
"Los ciudadanos norteamericanos están descontentos por la posibilidad de no continuar formando parte del Acuerdo de París. El 100% de la gente cree que tenemos un problema y muchos entienden que el cambio climático ya está ocurriendo y que debe tomarse en serio", explica, "sin embargo, la preocupación no es la misma en todos los estados, porque los problemas medioambientales no son iguales en todos los territorios".
"Por ejemplo, en California el nivel de conciencia es muy alto, están a la vanguardia del desarrollo de las energías renovables y sus programas de eficiencia energética llevan décadas en marcha, han visto como los grandes incendios devastaban su territorio, o en Miami, donde ya están viendo en sus calles los impactos de la subida del nivel del mar", continúa Donofrio, "de hecho, los estados más concienciados son los de las costas (tanto oeste como este) y en el sur de EEUU, solo algunos estados del interior del país hay una mayoría de la población movilizada en materia climática".
Y mientras a nivel estatal hay diferencias, el papel del gobierno federal, liderado por Donald Trump, ha suspendido todas las políticas a favor de una mayor sostenibilidad. "Es cierto que si bien la acción federal sobre el cambio climático se ha estancado o revertido, los estados están tomando decisiones desde una variedad de enfoques y no me cabe duda de que estamos en el camino de la descarbonización a pesar de Trump", señala.
EEUU está a punto de salir del Acuerdo climático de París, especialmente si en noviembre de 2020 Donald Trump vuelve a ganar las elecciones generales. De hecho, según el análisis anual de Clima Action Tracker (CAT) realizado por Climate Action Network, el segundo país del mundo que más CO2 emite a la atmósfera se sitúa «a la cola» de los países en la lucha climática.
https://elperiodicodelaenergia.com/estados-unidos-a-la-cola-de-los-paises-en-la-lucha-climatica-por-su-salida-del-acuerdo-de-paris/
"Es difícil explicar cómo en una sociedad que claramente está concienciada y preocupada por el cambio climático y las cuestiones ambientales, puede continuar como presidente Donald Trump, pero es que la economía va bien, se está creando riqueza y empleo, y eso al final termina pesando en la decisión de voto", puntualiza.
En cualquier caso, "los medios de comunicación cada vez informan más y más sobre las consecuencias del calentamiento del planeta, por ejemplo, hubo una gran cobertura, en septiembre pasado, de la Cumbre del Clima de Nueva York organizada por Naciones Unidas".
Nueva York, la ciudad de la sostenibilidad
Stephen Donofrio, tras 15 años de experiencia en empresas, gobiernos y ONGs para desarrollar informes sobre gestión ambiental y social, inversión responsable o las compensaciones de CO2, en 2014 fundó en el barrio neoyorkino de Brooklyn, su ciudad natal, Greenpoint Innovations, una compañía con un propósito específico: aprovechar las artes y las tecnologías audiovisuales para contribuir a un futuro sostenible, resistente y próspero.
"Nos enfrentamos a una grave crisis, necesitamos impulsar nuestra campaña de arte más propósito, donde aumentamos la conciencia sobre los problemas climáticos a través del arte, como lo que hicimos en Newtown Creek, así como trabajar con Forest Trends y EcoSystem MarketPlace para ofrecer información precisa sobre las compensaciones de carbono. 11.oooo científicos así lo confirman, es el momento para la acción y la adaptación es ahora", explica Donofrio.
"Es que en Nueva York a día de hoy es muy 'cool' estar concienciado por el cambio climático", añade, "en la ciudad más grande de los EEUU, con casi 9 millones de habitantes, los neoyorkinos están tomando decisiones en su día cada vez más sostenibles, relativas a lo que comen, cómo se transportan, qué consumen o cómo visten. Y es bueno porque esto influirá en las estrategias de las empresas que quieran estar en Nueva York y en las decisiones de los gobiernos. Además, lo que ocurre en esta ciudad es un modelo que luego se extenderá al resto de los territorios".
Tanto es así que este año el Consejo de la Ciudad de Nueva York declaró la emergencia climática, siendo así la primera ciudad de EEUU en hacerlo, y pidió una respuesta inmediata a las crisis climáticas mundiales. Bajo esa declaración se desarrolló un proyecto de ley que hacía referencia a varios informes sobre el calentamiento global y su impacto, porque los fenómenos meteorológicos extremos provocados por el aumento de las temperaturas demuestran que el planeta está "demasiado caliente para ser un entorno seguro".
La pieza clave de esta ley es el artículo 1253, que recoge que los grandes edificios reduzcan sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 40% para 2030 y un 80% para 2050. "La transformación de la ciudad ya se puede ver, con paneles solares en las cubiertas de los edificios, desde residenciales hasta grandes compañías, las microrredes que se están organizando entre comunidades de vecinos para el intercambio de electricidad, el autoconsumo o las medidas de eficiencia energética que se está imponiendo en toda la ciudad, pero también se están tomando medidas de ahorro en el sistema de agua", dice Donofrio.
Según el experto, en EEUU ya hay cientos de compañías importantes que han hecho compromisos concretos sobre un desarrollo más sostenible y con criterios de descarbonización de sus procesos. Estos compromisos pueden incluir medidas específicas, como monitorear los impactos de la compañía en las emisiones de CO2 o conocer cuál es la huella ambiental de sus productos desde su punto de origen hasta el punto de venta.
A medida que los compromisos corporativos se enfocan, hemos visto surgir necesidades claras, tanto para las tecnologías "en bruto" como para las organizaciones que se asocian con servicios personalizados que integran tecnologías.
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