Con el otoño llega también la bajada de temperaturas. No obstante, los inviernos en España son cada vez más cortos y más cálidos debido al cambio climático. Según la AEMET, en 2024 se registró una temperatura media de 7,8 °C, 1,2 °C por encima del promedio del período 1991-2020. Fue un invierno muy cálido y húmedo, marcado por la ausencia de olas de frío por segundo año consecutivo y por temperaturas que se situaron por encima de la media en todo el país.
Sin embargo, el porcentaje de personas que reconocen hacer uso de la calefacción aumenta casi dos puntos respecto al año pasado y se sitúa en el 72%. Esta es una de las principales conclusiones que arroja la segunda edición del estudio realizado por la entidad de banca ética Triodos Bank sobre Conductas sostenibles de la población española sobre las preferencias de la ciudadanía en finanzas, movilidad, consumo, ahorro energético o bienestar personal, entre otros.
El aumento es especialmente significativo en la franja de edad de 56 a 65 años (82,8%), entre quienes cuentan con estudios superiores (75,1 ) y en los hogares en los que conviven dos o más personas (73%). Lo que sí desciende es el porcentaje de quienes dejan encendida la calefacción durante todo el día, que pasa del 23,2% en 2024 al 21% en 2025.
Por comunidades autónomas, los resultados del Estudio muestran grandes contrastes territoriales, aunque coherentes con la climatología propia de cada zona. Donde más se usa es en Castilla y León (97,7%), Madrid (94,8%) y La Rioja (94,8%). En el extremo opuesto se encuentra Canarias, caracterizada por un clima subtropical suave, con solo el 8,1%, seguida de Andalucía (49,9%) y Murcia (56,3%).
La eficiencia energética en el hogar no termina de despegar
En España es imprescindible adoptar medidas que favorezcan la eficiencia energética, no sólo por su impacto ambiental y económico, sino también para cumplir el objetivo ambicioso que la Unión Europea ha marcado para los países miembros de reducir al menos un 11,7% el consumo final de energía para 2030. Para alcanzar esa meta es necesario acelerar la adopción de medidas de ahorro y optimización energética en el hogar, aun poco extendidas entre la población.
Cambiar el origen de las fuentes de energía de nuestros hogares puede ser un primer paso para conseguirlo. En el caso concreto de la calefacción, no todos los sistemas tienen el mismo impacto ni funcionan del mismo modo, y su efecto ambiental y económico depende en gran medida de la fuente de energía empleada. En este sentido, y como revelan los datos del Estudio, el gas natural continúa como la opción predominante para la mayoría de la sociedad (50,8%), aunque pierde peso respecto al año anterior. La elección de la calefacción eléctrica (31,0%) permanece estable y la presencia de alternativas como la biomasa (5,7%) o el gasóleo (5,9%) es aún minoritaria. El uso de tecnologías más emergentes como la aerotermia (0,6 %), la bomba de calor (0,6%), las placas solares (0,2%) o la geotermia (0,1 %) apenas comienzan a implantarse, aunque muestran un leve crecimiento respecto a 2024.
Este contexto pone de manifiesto la necesidad de impulsar medidas de eficiencia energética en el hogar que ayuden a reducir el consumo, aumenten el ahorro y cuiden el medioambiente. En este punto, el Estudio explica que un 83,7% de la población considera relevante (un 52,5% la considera muy importante) la sostenibilidad y la eficiencia energética a la hora de tomar decisiones que afectan a su hogar, como la elección de electrodomésticos, iluminación o sistemas de aislamiento. Por el contrario, un 16,2% de las personas encuestadas afirma que le parece poco o nada importante.
El análisis por perfil muestra que esta conciencia crece con la edad, del 82,7% entre las personas jóvenes de 18 a 25 años al 85,8% entre las de más de 65, y es más elevada entre las mujeres (87,4%) que entre los hombres (76%). En Cataluña (90,5%) y Madrid (88%) se tiene más en cuenta el impacto medioambiental al usar calefacción. En cambio, la concienciación es sensiblemente menor en el noroeste peninsular, con Galicia (69,4%) y Castilla y León (73,3%) a la cola, y alcanza su mínimo en Extremadura (27,3%).
En esa línea, y ante la pregunta “¿Te has planteado mejorar la eficiencia energética de tu hogar mediante fórmulas de autoconsumo (por ejemplo, paneles fotovoltaicos o generadores eólicos)?”, solo un 35,7% de la población española valora la opción de instalar este tipo de sistemas, 3,5 puntos porcentuales menos que en la edición de 2024. Si la pregunta aborda la posibilidad de acometer mejoras de eficiencia energética como el cambio de ventanas, calderas o suelo radiante, el porcentaje aumenta hasta el 43,6%. El volumen de población que se ha planteado explorar vías de financiación para abordar mejoras desciende y solo alcanza el 23,8 %, frente al 26,2% que lo afirmaba en 2024.
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