Taiwán celebrará este sábado un polémico referéndum sobre la reactivación de la última central nuclear que tenía operativa, en un contexto marcado por la preocupación ante una posible crisis energética y el temor a que un accidente similar al de Fukushima pueda arrasar con esta isla de 23 millones de habitantes.
La Comisión Electoral Central (CEC) anunció este martes que la propuesta necesitará al menos cinco millones de votos -equivalentes al 25% del padrón electoral- y que los sufragios positivos superen a los negativos para ser aprobada.
El referéndum planteará la siguiente pregunta: "¿Está usted de acuerdo en que la central nuclear de Maanshan -ubicada en el condado sureño de Pingtung- continúe funcionando tras la aprobación de la autoridad competente y la confirmación de que no existen problemas de seguridad?"
La consulta, promovida por los dos principales partidos de la oposición, el Kuomintang (KMT) y el Partido Popular de Taiwán (PPT), reabrió uno de los debates más divisivos en la isla de las últimas décadas, con el gobernante Partido Democrático Progresista (PDP) como principal defensor de la eliminación de la energía nuclear.
Por su parte, el presidente de la estatal Taipower, Tseng Wen-sheng, afirmó este viernes que, independientemente del resultado de la votación, las autoridades competentes tardarían al menos dos años en completar los procesos de verificación de seguridad de la planta, por lo que su reactivación no sería inmediata.
¿Una crisis energética en el horizonte?
El cierre del último reactor de la central de Maanshan, el pasado mayo, puso fin a la era nuclear en Taiwán, tras el desmantelamiento progresivo de las plantas de Chinshan y Kuosheng -ambas ubicadas en el distrito norteño de Nuevo Taipéi- entre 2018 y 2023.
En 1985, cuando entró en funcionamiento Maanshan, la energía nuclear aportaba más del 50% de la electricidad de la isla, pero ese porcentaje descendió por debajo del 5% en 2024, en paralelo al auge del movimiento antinuclear y al creciente peso de otras fuentes energéticas, especialmente el gas natural.
En este escenario, los defensores del referéndum sostienen que las nucleares garantizan un suministro estable, con bajas emisiones de carbono y sin depender de las condiciones climáticas, pudiendo reducir, además, la fuerte dependencia de las importaciones marítimas en caso de un bloqueo por parte de China.
"China no necesita atacar (militarmente) a Taiwán. Le bastaría con anunciar maniobras militares cerca de nuestras estaciones de gas natural y ordenar a los barcos de otros países que se mantuvieran alejados", advirtió el presidente del PPT, Huang Kuo-chang, en una reciente entrevista con Nikkei Asia.
Riesgos de mantener operativa la central
En el extremo opuesto, los críticos del referéndum argumentan que la intensa actividad sísmica en el sur de Taiwán, el controvertido historial de seguridad de la planta y la falta de un depósito definitivo para los residuos radiactivos hacen inviable reactivarla.
"En un territorio con tantas fallas y terremotos como Taiwán, la energía nuclear conlleva riesgos de seguridad enormes. Dado lo reducido del país, un accidente grave no permitiría una evacuación segura y podría incluso significar la desaparición nacional", dice a EFE Tsai Ya-ying, abogada de la Asociación de Defensa Legal Wild Heart.









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