Teresa Ribera, la ‘halcón del clima’

El nombramiento de Teresa Ribera como superministra de Transición Ecológica, uniendo los departamentos de Medio Ambiente y Energía, ha tenido muy buena acogida en los círculos favorables a la lucha contra el cambio climático y el Acuerdo del Clima de París. En líneas generales, casi todo el mundo cree el cambio producido en España -y el de Italia también- será beneficioso para la consecución de los objetivos del clima de la Unión Europea.

El portal de energía y medio ambiente Climate Home News, la denomina la ‘halcón del clima’ y destaca su actividad como defensora de la energía limpia y la cooperación internacional sobre el cambio climático. En general, los expertos opinan que se puede esperar que Ribera promueva una transición más rápida del carbón a la energía limpia.

Entre los primeros personajes que le han transmitido su felicitación por su próximo nombramiento se encuentran, por ejemplo, Laurence Tubiana, una arquitecta francesa clave en el Acuerdo de París, la ex primera ministra de Nueva Zelanda, Helen Clark, o el director de E3G en Bruselas, Jonathan Gaventa, tal y como puede verse en los siguientes tuits.

Siete estados miembros de la UE han lanzado una campaña para que el bloque aumente su objetivo climático para 2030, en línea con el Acuerdo de París. Respaldar esa iniciativa podría ser un buen primer paso para que el nuevo gobierno demuestre sus credenciales climáticas. Y así parece que lo están haciendo.

Tal y como publicaba ayer El Periódico de la Energía, la primera gran decisión de Ribera será ir al Consejo de Energía de la UE para cambiar radicalmente la posición de España respecto a las energías renovables y la lucha contra el cambio climático.

Esta misma semana, según fuentes socialistas y comunitarias, desde Presidencia se ha hecho llegar ya al Consejo de la Unión Europea —donde están representados los Gobiernos de los 28— ese mensaje sobre el cambio que se pretende operar desde el futuro Ministerio de Transición Ecológica, que dirigirá Teresa Ribera. España quiere salir así del grupo de países menos ambiciosos de la UE en esta materia.