A falta de que se desvele el cuadro de mandos del nuevo gobierno socialista, ya se están haciendo las quinielas de quienes podrán acompañar en esta nueva etapa legislativa a Pedro Sánchez tras ganar la moción de censura. A lo largo del día de ayer y de hoy se han ido llamando a los posibles ministros que han tenido que acudir de urgencia para diseñar la estructura del nuevo gobierno. Sánchez tiene la intención de anunciar la composición del Ejecutivo cuanto antes, incluso el mismo día que tome posesión. Es decir hoy sábado, 2 de junio.
Por el momento, lo que se sabe seguro es que será un gobierno paritario, y ya suenan nombres que tendrán un peso importante en el Gobierno de Pedro Sánchez. Todos aquellos que apoyaron al líder del PSOE en sus horas bajas, ahora les tiene en cuenta para formar el nuevo Ejecutivo.
Y en esa lista está Teresa Ribera que, según confirman fuentes del PSOE a El Periódico de la Energía, será la ministra de Medio Ambiente y la encargada de liderar la transición ecológica de la economía.
Pedro Sánchez vuelve a pedir a Ribera que sea la encargada de llevar los asuntos de medio ambiente y cambio climático. La experta del IDDRI francés (Instituto de Desarrollo Sostenible y Relaciones Internacionales) ya tiene mucho trabajo adelantado tras haber coordinado el Consejo Asesor para la Transición Ecológica de la Economía (CAPTE) dentro del PSOE.
Se trata de un consejo, que como su propia palabra indica, quiere asesorar al partido socialista en todo lo relacionado con la transición energética y la lucha contra el cambio climático.
Licenciada en Derecho y profesora de filosofía de Derecho de la Autónoma de Madrid, en 2008 ascendió a secretaria de Estado para el Cambio Climático del Gobierno de Zapatero tras su paso por la Oficina Española del Cambio Climático. En estos últimos años ha sido la directora del IDDRI, el Instituto de Desarrollo Sostenible y Relaciones Internacionales de París participando activamente en foros internacionales. En las elecciones de 2016, Pedro Sánchez ya la había llamado para que, en caso de ganar los comicios, pudiera estar al frente de un supuesto Ministerio de Medio Ambiente, que ahora se convierte en realidad.
Temas como el futuro del carbón, un calendario de cierre de las centrales nucleares, el impulso al autoconsumo, la descarbonización de la economía y por tanto, el cumplimiento de los compromisos adquiridos en los Acuerdos de París son solo algunas de las líneas maestras que Ribera ha defendido en los últimos años. Y su posición ha quedado claramente reflejada en las propuestas que el CAPTE presentó al Partido Socialista en marzo pasado.
El equipo asesor liderado por Teresa Ribera considera necesario el cierre ordenado de las centrales térmicas de carbón antes de 2025, el cierre ordenado de las centrales nucleares a medida que vayan cumpliendo los 40 años de vida o impulsar la electrificación de la movilidad y el transporte de manera que, al finalizar la década (2030) , el parque de vehículos eléctricos e híbridos enchufables sea como mínimo de 2,25 millones de unidades y se alcance una penetración de mercado del 55% ese año. De hecho, proponen que “a partir de 2040 se dejen de vender en territorio nacional vehículos ligeros y pesados basados en la combustión de derivados del petróleo, medida adoptada también por Francia, el Reino Unido y Noruega, y que resultará imprescindible para hacer realidad en 2050 una cesta energética sin petróleo”.
En su batería de medidas, para 2030, consideran que se debe lograr una participación del 40% de las energías renovables sobre el consumo final desde el 17% actual y una participación del 80% de las renovables en el mix eléctrico desde el 40% actual.
También proponen crear un incentivo fiscal para las contribuciones al fondo junto con medidas fiscales de incentivo a la inversión en eficiencia en industria, comercio y servicios.
Y junto a todo esto, Teresa Ribera podría ser la hacedora del texto definitivo de la esperada Ley de Cambio Climático y Transición Energética.
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