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Todo lo que pagamos los consumidores a través del precio de la electricidad y no tenemos ni idea

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Muchas veces ha oído a alguien decir que la factura de la luz en España no hay quién la entienda. Incluso lo han llegado a decir personas de la talla como el comisario de Energía y Acción por el Clima, Miguel Arias Cañete o el presidente de la CNMC, José María Marín Quemada.

Normalmente en la factura de la luz vienen unos datos que realmente no explican bien cuáles son los verdaderos componentes del precio final de la electricidad en España. En la factura que llega a los hogares existen tres conceptos principales: el término de potencia, que depende de la potencia contratada por el consumidor, el término de energía, que es la electricidad consumida, y los impuestos (Impuesto eléctrico e IVA). Luego está el alquiler del contador inteligente si lo tienen instalado. Además existen otros conceptos que dependen ya del tipo de contrato que tengas, como por ejemplo un seguro, etc.

Pero no hay nada más. Pero ¿es realmente así? ¿Qué hay detrás de todo esto? La consultora especializada en el mercado eléctrico Ingebau imparte esta semana en Madrid un curso para comercializadoras eléctricas. En el mismo, explicaron cuáles son los verdaderos componentes del precio de la electricidad en España. Ya les advierto que no son unos pocos.

1.- OMIE.

Es el precio que se casa hora a hora en el mercado ibérico de la electricidad. Está por un lado el mercado diario, donde se vende la inmensa mayoría de la electricidad y luego el mercado intradiario. Este precio supone realmente el 78% del coste de la electricidad.

Es el coste de generación en el que las compañías incluyen también el impuesto del 7% a la producción de electricidad, el canon hidráulico, o la tasa nuclear.

2.- RED ELÉCTRICA.

Probablemente esta sea la parte más compleja. El operado del sistema, para cuadrar la oferta y la demanda eléctrica cada día tiene que tomar una serie de decisiones que repercuten en el precio de la electricidad. Son los denominados servicios de ajuste. La financiación de estos servicios los paga el consumidor en el precio final.

Ahí están por ejemplo las restricciones técnicas y los servicios complementarios. Entre estos últimos destacan la reserva de potencia adicional a subir y los servicios de regulación primaria, secundaria y terciaria.

Un capítulo aparte tienen los desvíos. Dependiendo de si se ha comprado más electricidad de la necesaria o menos para cubrir la demanda, el operador del sistema premia o repercute a las comercializadoras, que lo traspasan luego a los clientes, una cantidad de dinero, normalmente muy pequeña dependiendo si ha comprado de más o de menos energía de la necesaria.

En total, todos estos movimientos y procesos del operador del sistema suponen el 5% del coste final de la electricidad.

3.- PAGOS REGULADOS

Dentro del precio final de la energía existen unos pagos regulados que pagan todos los consumidores por obligación y que son en buena parte decisiones de política energética.

Por un lado, están los denominados pagos por capacidad. Es aquella subvención que da el Estado principalmente a los ciclos combinados de gas por el simple hecho de estar construidos y dar un respaldo al sistema. Como se utilizan muy poco, se les paga este dinero para que las inversiones de las centrales se cubran. Unas más y otras menos.

El precio de los pagos por capacidad depende del tipo de consumidor o tarifa que se tenga contratada y del momento del día en que se consuma. En este cuadro se puede ver.

En 2017, el precio medio que se abona en el precio de la electricidad por este concepto ha sido de 2,73 euros MWh.

Por otro lado, está la interrumpibilidad del sistema. Desde 2015 el Gobierno decidió incluir la interrumpibilidad eléctrica dentro del precio final de la energía. Se hace mediante subasta. Hasta ahora el coste total era de unos 500 millones de euros. Ahora, el Gobierno para 2018 ha retocado esa subasta y en el mejor de los casos percibirá la gran industria electrointensiva unos 380 millones, a los que hay que sumar 131 millones de compensación por soportar el coste de las renovables. Esta última partida va hacia los PGE.

Para rematar este apartado, están los pagos obligatorios al operador del sistema (Red Eléctrica) y al operador del merado (OMIE) por los servicios prestados. El coste de esta partida ha aumentado en 2018 y alcanza ya los 0,16129 euros MWh.

4.- OTROS PAGOS

A las compañías comercializadoras de la electricidad se le repercuten una serie de costes. Principalmente son dos y ambos los acaba pagando el consumidor.

Se trata del Fondo Nacional de Eficiencia Energética. Las compañías tienen que pagar un dinero a este fondo dependiendo del consumo energético de sus clientes. La aportación la fija el Gobierno todos los años y suele rondar los 250 millones de euros (incluidas todas las aportaciones, no solo de las comercializadoras).

Finalmente, el precio que paga el consumidor es de unos 0,20-0,26 euros MWh por este concepto.

Otro pago es el bono social. Las comercializadoras están ahora obligadas a financiar este coste que depende del número de clientes que tenga cada una. El pago repercutido a los consumidores es de unos 10 euros al año. ¿A que no lo sabía?

5.- PEAJES

Las comercializadoras se hacen cargo también de una serie de peajes que hay que pagar por usar la red, etc. Dependiendo del cliente, el tipo de tarifa y el periodo de consumo tiene unos costes u otros.

6.- IMPUESTOS

Son varios los impuestos que los consumidores acabamos pagando en la factura de la electricidad. Está la tasa municipal. Los ayuntamientos cobran a la comercializadora el 1,5% del precio final excepto el pago a distribuidoras. Sobre esta tasa se impone el impuesto eléctrico además y el IVA.

El impuesto eléctrico. Suele venir en la factura de la luz. Se cobra siempre que el término de la energía haya sido superior a cero. Es el 5,1126963% del precio final.

A ello hay que sumar el IVA. En la Península y Baleares es del 21%, en Canarias 3% y 7% dependiendo del consumidor, y Ceuta y Melilla 1% y 4%.

El IVA también se aplica sobre el impuesto eléctrico.

A todos ellos hay que sumar el Impuesto de Actividades Económicas. El IAE es obligatorio para las comercializadoras y se abona al ayuntamiento de turno donde tengas un cliente. Muchos consistorios no los están cobrando y podría descuadrar las cuentas de las comercializadoras si no están pagándolo. Habrá que ver si luego repercute en el consumidor final.

Estos son los distintos componentes del precio de la electricidad a los que hay que sumar otros costes del sistema que se reparten entre todos los consumidores como la retribución a renovables, distribución y transporte.

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