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Desde el año 2019, los que formamos parte de los sectores del clima, energía o medio ambiente (o al menos, nos interesamos por ellos), hemos escuchado hablar con frecuencia del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, o PNIEC. Publicado por primera vez por el Gobierno de España en 2020, abarcando el periodo 2021-2030, este texto tenía como finalidad recoger los compromisos del país en materia de energía y clima, siendo el primer gran ejercicio de planificación estratégica integral en estas materias.

Tres años más tarde, para cumplir con las exigencias del Reglamento de Gobernanza, se puso en marcha el proceso de actualización de este texto, marcado por el aumento de la ambición climática a nivel europeo incluido en la Ley europea del clima y los paquetes “Fit for 55” y “RePower EU”. Como primer hito de este proceso, el 28 de junio de 2023, España remitió el borrador del PNIEC actualizado a la Comisión que, tras evaluarlo, publicó sus recomendaciones en diciembre, a tener en cuenta para incorporar en el texto final. Este, según el citado Reglamento, debería haberse enviado a la Comisión el pasado 30 de junio.

A día de hoy, no se tiene constancia de que se haya enviado a la Comisión o se haya hecho público el texto final del PNIEC 2023-2030. No obstante, teniendo en cuenta el texto del borrador actualizado, las recomendaciones de la Comisión y el contenido del Estudio Ambiental Estratégico del borrador actualizado, se observan profundas carencias en relación con las medidas dirigidas a la descarbonización industrial – sector responsable del 18,4% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) del país.

Ayudas a través del PERTE

El borrador del PNIEC actualizado refleja como herramienta fundamental para la descarbonización industrial el desarrollo del Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) de Descarbonización Industrial que prevé tres líneas de actuación: una línea de ayudas para la descarbonización de la industria manufacturera, otra para empresas manufactureras participantes en el IPCEI sobre la cadena industrial de hidrógeno de origen renovable y el estudio y evaluación del desarrollo de un posible fondo de apoyo a los contratos por diferencias de carbono y realización de un posible proyecto piloto.

No obstante, basar la descarbonización de todo un sector exclusivamente en ayudas públicas es del todo insuficiente para lograr la transformación necesaria que permita alcanzar los objetivos de reducción de GEI para estar en línea con el Acuerdo de París.

Es por tanto necesario que se lleve a cabo un análisis del papel de cada uno de los subsectores que conforman el tejido industrial del país, sus necesidades en cuanto a uso de energía y procesos de producción y se establezca, dentro del PNIEC actualizado, una hoja de ruta para su transformación, que incluya objetivos intermedios de reducción de emisiones y medidas y políticas concretas para lograrlos.

Descarbonizar la industria siderúrgica

También es importante subrayar que, dentro del sector industrial, la siderurgia juega un papel de especial relevancia. Sin embargo, tampoco existen todavía garantías para asegurar que la transformación de este sector se produzca lo suficientemente rápido como para no sobrepasar el aumento de 1.5ºC a mediados de siglo. Para ello, la hoja de ruta de este sector debe servir de base para que:

  • Se reduzca la demanda y se mejore la eficiencia energética en la producción de acero en el Estado español.

  • Cese la actividad de los hornos altos A y B de la planta siderúrgica de ArcelorMittal en Gijón antes de 2025 y 2030, respectivamente, sustituyéndolos por métodos de producción alternativos basados en fuentes de energía renovables: plantas DRI con hidrógeno verde y hornos de arco eléctrico híbrido - pudiendo optar el titular, en este caso, a ayudas de estado para tal fin.

  • En ningún caso se debe optar por transformar la instalación para que utilice gas fósil, salvo que sea de manera transitoria y se cumplan estrictamente los siguientes condicionantes 1) que se prohíba la concesión de ayudas de estado y 2) que el titular, consultando previamente a la ciudadanía y todos los grupos de interés, elabore y publique, un plan de transformación para su proceso productivo. Este debe incluir objetivos anuales y progresivos de uso de hidrógeno verde y de reducción de emisiones de GEI, garantizando el cese del uso del gas fósil a más tardar en 2040.

  • Se garantice que la energía eléctrica utilizada para la producción del acero sea de origen 100% renovable no más tarde del 2035.

El recorrido hacia la transformación integral del sector industrial no es tarea fácil y está llamado a enfrentarse a importantes desafíos. El primer paso para lograrlo es contar con una planificación temprana, adecuada y participativa.

Los PNIEC son instrumentos clave que guían la transición energética de los Estados miembro, incluyendo la transformación del sector industrial hacia uno climáticamente neutro y sostenible. Los próximos diez años serán cruciales para dicha transformación, por lo que resulta imprescindible abordar y resolver las carencias existentes a través del texto final del PNIEC 2023-2030.

Carlota Ruiz Bautista, abogada ambiental del Instituto Internacional de Derecho y Medio Ambiente (IIDMA)

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