Scott Pruitt. Es el nombre elegido por el presidente electo de EEUU, Donald Trump, para dirigir la Agencia Medioambiental Estadounidense (EPA en sus siglas en inglés).
Este abogado, hasta ahora fiscal de Oklahoma, es un negacionista del cambio climático, amigo de la industria de los combustibles fósiles y líder antirrenovable en EEUU. Lo tiene todo.
Los grupos ecologistas se han llevado las manos a la cabeza con el nombramiento. No se esperaba que Trump colocara una figura de este perfil tan duro a cargo de la EPA.
Pruitt es un gran escéptico del cambio climático. Asegura que los científicos aún no se han puesto de acuerdo para saber las verdaderas razones y causas del calentamiento global. O si este existe de verdad.
El nuevo jefe de la EPA ha encabezado en los últimos años un frente global contra la propia agencia que ahora va a dirigir. Está de lleno en el pleito que se interpuso contra la EPA para frenar el Plan de Energías Limpias impulsado por el expresidente Barack Obama.
No le gustan las renovables. Y menos aún las ayudas que perciben. Cree que hay muchas cosas que se han hecho mal desde la EPA. Asegura que muchas de sus normas son inaceptables.
Se prevé que haga muchos cambios. El propio Trump lo ha colocado ahí para dar un nuevo aire a la agencia.
Sin duda, el nombramiento de Pruitt ha sido muy polémico. Muchas voces se han alzado contra el candidato a dirigir la EPA. El senador Bernie Sanders, quien compitió con Hillary Clinton por la candidatura presidencial del Partido Demócrata, anunció que se opondrá desde el Congreso al nombramiento.
"En un momento en el que el cambio climático es la mayor amenaza ambiental para todo el planeta, es triste y peligroso que Trump haya propuesto a Pruitt para dirigir la EPA", dijo Sanders.
Sin embargo, la Coalición Estadounidense del carbón ha alabado el nombramiento. "Nos complace que el presidente electo, Donald Trump, haya nombrado al fiscal general de Oklahoma, Scott Pruitt, como jefe de la EPA".
Habrá que esperar a la toma de decisiones. Si EEUU se mantendrá o no en la ratificación del Acuerdo de París. O si se cortará el grifo a las renovables. De momento, y tal como contó este diario al ser elegido Trump, los combustibles fósiles sonríen, las renovables lloran.
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