Al plan y compromiso de Barack Obama de reducir las emisiones de CO2 en un 19% le quedan los días contados. El actual presidente Donald Trump tiene preparado ya su plan para dar una nueva vida a las centrales térmicas de carbón del país. Fue una de sus promesas electorales, y Trump piensa llevarla a cabo.
El diario The Washington Post cuenta esos planes que pasan por (casi) no reducir las emisiones. Concretamente, proyecta liberar al menos 12 veces la cantidad de dióxido de carbono en la atmósfera en comparación con el gobierno de Obama en la próxima década. Lo explicamos.
Según el documento de más de 300 páginas que presentará la Agencia de Protección Ambiental (EPA), la medida afectará a más de 300 plantas térmicas en los Estados Unidos, brindando a las compañías un incentivo para mantener las plantas de carbón en operación en lugar de reemplazarlas con proyectos de energía renovable o de gas natural más limpio.
Para el año 2030, la propuesta reduciría las emisiones de CO2 de los niveles de 2005 en un 0,7% y un 1,5%. Esas reducciones equivalen a sacar de la carretera a entre 2,7 millones y 5,3 millones de automóviles.
En comparación, el Plan de Energía Limpia de la administración Obama habría reducido las emisiones de dióxido de carbono en aproximadamente un 19% durante ese mismo período de tiempo. Eso equivale a sacar a 75 millones de automóviles de circulación y evitar que entren a la atmósfera más de 365 millones de toneladas de dióxido de carbono.
Está previsto que este martes Trump anuncie el plan en una visita a Virginia. De esta manera, el presidente norteamericano sigue su plan contra la acción climática.
EEUU fue uno de los grandes impulsores del Acuerdo de París, pero tras la llegada de Trump, el segundo país más contaminante del planeta, que llevaba los últimos años reduciendo sus emisiones procedentes del sector energético, decidió salirse del acuerdo climático.
Trump quiere pasar a la historia como el mayor enemigo del planeta, incluso llevando la contraria a la amplia mayoría de la comunidad científica. Mientras el planeta apaga el carbón, él prefiere seguir quemándolo.