Lo de Donald Trump con la energía eólica comienza a coger tintes de obsesión. El presidente de EEUU ha vuelto a atacar a la tecnología del viento y van ya unas cuantas. Pero esta vez, el lugar elegido ha sido Biarritz en plena cumbre del G7.
En la rueda de prensa, le preguntaron a Trump por el cambio climático. Y dijo lo siguiente, según Bloomberg:
"Somos el productor de energía número uno en el mundo. No voy a perder esa riqueza en sueños, en molinos de viento, que, francamente, no funcionan tan bien".
Este mismo año, el presidente norteamericano ha arremetido contra la eólica y la ha llegado a acusar de producir cáncer.
https://elperiodicodelaenergia.com/la-ultima-ocurrencia-de-donald-trump-dice-que-el-ruido-de-los-aerogeneradores-provoca-cancer/
Ya en 2017, ante los grandes productores de eólica en el estado de Iowa, Trump soltó la siguiente perla: «Confío en que el viento no sople para iluminar sus casas».
Pero su ataque contra la eólica viene de antes. Concretamente de un parque de eólica marina en Escocia. Dicho parque lo sacó de sus casillas y lo llevó a los juzgados para que no se construyera. Dicho parque, ya en funcionamiento, está situado frente a uno de sus campos de golf junto a la costa escocesa. Y claro, los molinos le molestaban a su vista.
La verdad es que sus críticas tienen poco que ver con los planes que su administración tiene por ejemplo para la eólica marina en la costa este donde quiere instalar casi 20 GW.
Pero Trump tampoco es el único líder que critica con dureza a la eólica. También lo ha hecho este año Vladimir Putin.
Fukushima4ever
28/08/2019