Uno de los empresarios acusados en la conocida como trama eólica, Alberto Esgueva, ha asegurado que no pagó a funcionarios públicos por la adjudicación de parques eólicos y ha sostenido que tampoco nadie de la Junta de Castilla y León le indicó que invirtiera en este sector.
Esgueva ha declarado este martes en el juicio que se sigue en la Audiencia de Valladolid contra exaltos cargos de la Administración autonómica y empresarios por supuestas irregularidades en la adjudicación de autorizaciones para proyectos de parques eólicos.
El acusado, que ha optado por responder solo a las preguntas formuladas por su letrado, ha explicado que trabajó en la empresa que creó su padre, Industrias San Cayetano, dedicada a la fabricación de embalajes y cartonaje, desde 1982 hasta 2003.
En 2003 se separó de su esposa - también encausada - y decidió dar un giro de 180 grados e irse de Valladolid, por lo que habló con su hermano Francisco - procesado también y que igualmente trabajaba en la empresa familiar - para iniciar el proceso de separación de activos de la compañía.
Industrias San Cayetano contaba con otras estructuras y en 2005 creó San Cayetano Wind, empresa constituida para la inversión en el negocio eólico para un proyecto que se estaba negociando con Iberdrola. Posteriormente, el nombre de la sociedad de este grupo que invirtió en el sector eólico fue Intercatia.
Preguntado por su relación con el principal encausado en el juicio, el exviceconsejero de Economía Rafael Delgado, Alberto Esgueva ha manifestado que él estuvo vinculado con la empresa semipública Excal, de la que fue nombrado consejero delegado en octubre de 2003, mientras era consejero de Economía Tomás Villanueva y presidente del consejo de administración de Excal Rafael Delgado.
La trama eólica en Castilla y León
El proceso para su nombramiento en esa empresa se llevó a cabo tras vender el 5% de acciones de San Cayetano a su hermano para que él se hiciera con el control -antes estaban al 50% - y se marchó a Cuba.
Volvió cuando el Consejo Regional de Cámaras presentó su candidatura y fue elegido por unanimidad como consejero delegado de Excal.
En esta empresa semipública permaneció dos años y tres meses, hasta el 2 de febrero de 2006, y en ese periodo coincidió con Delgado cuando era presidente del Consejo de Administración, en cuatro o cinco viajes, pero ha dicho que no se hicieron amigos.
Preguntado por si, mientras estuvo en Excal, Villanueva, Delgado o alguien de la Junta le dijo que invirtiera en el negocio eólico, ha respondido que no.






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