Cada vez que alguien transmite una película, respalda una foto en la nube o hace una consulta a ChatGPT, en algún lugar del mundo hay un centro de datos que está trabajando a toda máquina. Estas instalaciones, esenciales para la economía digital, consumen cantidades enormes de electricidad, y gran parte de esa energía se pierde en forma de calor residual de baja temperatura que simplemente se libera al aire.
Un estudio de la Universidad Rice propone una solución innovadora para transformar ese desperdicio en una fuente de energía. El equipo de investigación, liderado por la profesora Laura Schaefer, jefa del departamento de Ingeniería Mecánica Burton J. y Ann M. McMurtry, presentó un sistema híbrido que combina energía solar térmica con un ciclo orgánico de Rankine (ORC, por sus siglas en inglés) para convertir el calor sobrante en electricidad.
“Hay un río invisible de aire caliente fluyendo fuera de los centros de datos”, explicó Schaefer. “Nuestra pregunta fue: ¿podemos darle un pequeño empuje con energía solar y convertir mucho más en electricidad? La respuesta es sí, y es económicamente atractivo”.
Colectores solares
El ORC utiliza un fluido de trabajo seguro para generar electricidad a partir del calor, pero hasta ahora la temperatura de los residuos de los centros de datos resultaba demasiado baja para ser eficiente. La innovación radica en incorporar colectores solares planos y de bajo costo en los techos de las instalaciones. Estos elevan la temperatura del sistema de refrigeración antes de que ingrese al ORC, permitiendo un mayor aprovechamiento energético sin necesidad de bombas de calor eléctricas, que suelen consumir más energía de la que recuperan.
“Con la energía solar térmica obtenemos el aumento de temperatura sin incrementar el consumo eléctrico”, añadió Schaefer.








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