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A partir de 2021 la nueva edificación y la rehabilitación de la existente no solo deberá ser de alta eficiencia energética, sino que deberá contar también con energía renovable generada en el propio edificio, puntos de recarga para vehículos eléctricos y aplicaciones inteligentes interconectadas.

La primera novedad: el autoconsumo y las renovables como norma de edificación

La primera novedad de la nueva directiva es que incorpora las directrices que para los edificios de consumo de energía casi nulo publicó la Comisión Europea el 19 de octubre de 2016. Las estrategias nacionales de rehabilitación deberán incluir estas directrices que obligan a tener siempre en cuenta a las renovables en el cálculo de la eficiencia energética para que, a partir de 2021, entre el 50% y el 100% de la energía primaria que requieran los edificios se cubra con energías renovables.

La consecuencia de la nueva norma europea es que el autoconsumo forma parte de la gestión energética de los edificios y obliga a dar una vuelta y media a los códigos de construcción, que no reconocen la energía renovable, y a la regulación eléctrica, plagada de barreras a las renovables y al autoconsumo. La función de las renovables en los edificios es eliminar las emisiones de CO2 reduciendo la demanda de energía primaria y sustituyendo la energía fósil por energía limpia.

La segunda novedad: el vehículo eléctrico forma parte de la gestión energética del edificio

La segunda novedad es la obligación para todos los edificios, residenciales y no residenciales, nuevos y rehabilitados, de contar con canalizaciones y puntos de recarga para vehículos eléctricos en las plazas de aparcamiento. El vehículo eléctrico se integra en la gestión energética de los edificios, no solo para tomar energía de la red sino para intercambiarla a través de las instalaciones de autoconsumo y la batería del coche.

La nueva relación que se establece entre la edificación y la electromovilidad determinará las políticas urbanísticas y se deberá incorporar al planeamiento urbano, normas de edificación y ordenanzas municipales.

La tercera novedad: La gestión de la demanda es el nuevo paradigma de la construcción

La tercera novedad es que a partir de 2019 se establecerá un indicador para aplicaciones inteligentes en los edificios que promoverán la gestión activa de la demanda energética. Las aplicaciones inteligentes deberán facilitar la adaptación del consumo de energía mediante la utilización de renovables y la capacidad de respuesta a la demanda.

Según el nuevo Anexo I bis, el indicador de inteligencia del edificio deberá recoger todos los elementos, como los contadores inteligentes, sistemas de automatización y control de instalaciones de calefacción y refrigeración, dispositivos de autorregulación de temperatura interior, electrodomésticos, puntos de recarga para el vehículo eléctrico, almacenamiento de energía, redes de comunicación y su interoperabilidad

La Directiva (UE) 2018/844 no solo define un nuevo concepto de edificación sino un nuevo modelo energético basado en la participación de los consumidores en la gestión de la demanda y la autosuficiencia energética de los edificios a través de la combinación de las energías renovables, autoconsumo, almacenamiento, aplicaciones inteligentes, vehículo eléctrico y microrredes.

La transposición es responsabilidad de todas las administraciones públicas

La transposición de la directiva deberá realizarse antes del 10 de marzo de 2020. La flexibilidad de los plazos de aplicación y la falta de objetivos vinculantes deja en manos de los gobiernos su traslado a las normas nacionales.

Las autoridades españolas deberían adelantar la incorporación de la directiva al Código Técnico de la Edificación y las Comunidades Autónomas y los Ayuntamientos deberían ejercer sus competencias e incluir en sus ordenanzas y licencias las directrices de las normas europeas y no verlas como una penalización sino como una oportunidad.

La nueva directiva propone vincular la financiación de la eficiencia energética al ahorro de energía, comparando las certificaciones energéticas, e insiste en que los entes competentes (autonomías y ayuntamientos) deben verificar el rigor de las certificaciones energéticas de los edificios.

El potencial de innovación de la eficiencia energética de los edificios hace necesario disponer de políticas coherentes en materia de edificación, energía, movilidad eléctrica, planificación urbana y formación profesional en los sectores de la construcción y la eficiencia energética.

Las administraciones públicas deberán hacer un cálculo de los beneficios de la eficiencia energética de los edificios para diversificar la economía hacia actividades de mayor valor añadido.

Si se perdió la oportunidad con la directiva de edificios de 2002, que tardó once años en transponerse; con la directiva de 2010, que ocho años después no se ha completado su transposición; perder una tercera oportunidad sería despreciar el mayor yacimiento de empleo y de ahorro de energía.

Javier García Breva es Asesor en políticas energéticas, presidente de N2E y Miembro del Consejo Editorial de El Periódico de la Energía.

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Un comentario

  • Cesar electrico

    01/09/2018

    Cita: "La nueva directiva propone vincular la financiación de la eficiencia energética al ahorro de energía"

    Y lo que creo que estan haciendo es SUBIR EL COSTE DE LA ENERGIA para que "PAREZCA" que se pueda vincular la financiación de la eficiencia energética al ahorro de energía.
    Lo que no quieren decirnos es que si BAJAN LOS PRECIOS DE LA ENERGIA tambien bajarian los precios de la consruccion y asi poder finaciar el sobrecoste de la eficiencia energetica en los edificios, pero claro...esta es una batalla que todavia a dia de hoy esta perdida por los politicos a favor de los margenes de beneficios de las grandes corporaciones.

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