Para construir una red eléctrica moderna capaz de manejar fuentes de energía variables como la solar y la eólica, ingenieros de la West Virginia University (WVU) han diseñado y probado con éxito una célula de combustible revolucionaria que puede alternar entre almacenar y generar electricidad, al tiempo que produce hidrógeno a partir de agua.
Esta nueva célula, llamada “PCEC” por sus siglas en inglés (célula electroquímica cerámica protónica), abre la puerta a un sistema más flexible para usar energías renovables.
El prototipo de los investigadores logró funcionar de forma continua durante más de 5.000 horas a temperaturas de 600 grados Celsius y en ambientes con 40% de humedad, algo que nunca se había conseguido antes. El récord anterior era de solo 1.833 horas, y con un rendimiento que se deterioraba con el tiempo.
“Este avance puede ser clave para equilibrar la red eléctrica, que cada vez recibe energía en momentos impredecibles de muchas fuentes diferentes: plantas de energía convencionales como las eólicas o fotovoltaicas, hidroeléctricas, autoconsumo fotovoltaico e incluso energía del mar”, explicó Xingbo Liu, profesor en la WVU y uno de los responsables del proyecto.
Andamio recubierto
Uno de los grandes problemas de las PCEC anteriores era que el vapor dañaba sus componentes, haciendo que fallaran con el tiempo. Además, las distintas partes de estas células se expandían de forma desigual con el calor, debilitando las uniones internas. Para solucionarlo, el equipo de WVU diseñó un “andamio recubierto” que mantiene unidas las capas internas y las protege con un material que absorbe agua y resiste el calor, permitiendo el paso de protones, calor y electricidad sin dañarse.







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