Hoy los coches impulsados por pilas de combustible de hidrógeno funcionan con motores eléctricos, cuyas principales ventajas radican en su eficiencia y la ausencia de emisiones contaminantes. Aunque menos conocidos que los híbridos o los eléctricos alimentados por baterías que se conectan a la red, los vehículos de hidrógeno aparecen como una alternativa más a la necesaria sustitución de los combustibles fósiles.
Dentro de los proyectos que buscan avanzar en la investigación de este tipo de motores destaca el impulsado por la universidad holandesa de Delft. Desde el año 2007 un grupo de estudiantes de su centro de tecnología trabajan en un coche de carreras alimentado por hidrógeno.
Forze H2, nombre del equipo de competición de la universidad, ha construido en este tiempo seis coches y batido varios records de velocidad con este tipo de vehículos, un logro nada desdeñable para un proyecto coordinado y dirigido completamente por jóvenes estudiantes.
Mats Dirkzwager, director del equipo, cree que el futuro del hidrógeno es muy prometedor: “Los fabricantes de coches están cada vez más interesados en esta tecnología. Se han dado cuenta de que la demanda del público hacia soluciones ecológicas crece día a día”.
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