Argentina logró en 2022 aumentar su producción de petróleo y gas, fundamentalmente gracias al impulso de la actividad en la gigantesca formación de hidrocarburos no convencionales de Vaca Muerta, de acuerdo a un informe.
Según el informe anual de hidrocarburos elaborado por el Instituto Argentino de la Energía (IAE) General Mosconi, la producción total de petróleo en 2022 fue de 34.346 miles de metros cúbicos (Mm3), un 13,1 % más que en 2021.
Este nivel de producción es el más alto de los últimos diez años, pero aun está un 23 % por debajo de la marca histórica de 1998.
En el caso del gas natural, la producción en 2022 fue de 48.411 millones de metros cúbicos (MMm3), un 6,9 % más que en 2021 y con un nivel 7,2 % menor al pico histórico de 2004.
Sin embargo, los números marcan un comportamiento muy dispar entre la producción de hidrocarburos convencionales y la de no convencionales, ésta última en pleno desarrollo masivo en Vaca Muerta.
Los hidrocarburos de Argentina
Según el informe, la producción de petróleo convencional se redujo un 0,5 % y la de gas convencional cayó el 7,8 %, mientras que la producción de "shale oil" (crudo no convencional) fue de 47,5 % superior a la del año anterior y la de gas no convencional creció un 22,9 % respecto a 2021.
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La producción de petróleo convencional presenta una declinación crónica desde 1998, mientras que la de "shale" ha experimentado un importante crecimiento desde 2015, cuando comenzó a desarrollarse Vaca Muerta.
Según el informe, el descenso en la producción argentina de hidrocarburos convencionales "se enmarca en un contexto de baja inversión y resultados insatisfactorios en la exploración de las formaciones y reservorios convencionales de las cuencas terrestres, con la consiguiente reducción drástica de la inversión de riesgo en esas áreas".
Además, la concentración de las inversiones en proyectos de "shale oil" y "shale gas" en la cuenca neuquina -que el año pasado ascendieron a unos 6.000 millones de dólares, según fuentes oficiales- han dejado poco margen para la financiación de los proyectos convencionales.
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