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Vestas prepara su salida de España: despedirá también a 400 trabajadores temporales en Daimiel

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El futuro de la eólica Vestas Wind Systems en España no pinta bien. Después de las declaraciones de los políticos tras el anuncio del cierre de su fábrica de León, ahora le toca mover ficha a la multinacional danesa. Según fuentes sindicales, "políticamente puede haber intenciones de negociar con Vestas, pero ni hay calendario de reuniones ni ésta quiere reunirse con nadie, no hay comunicación entre Ministerio y empresa, al igual que tampoco la hay con ningún político de Castilla y León".

Las palabras de la ministra de Industria, Reyes Maroto, no han sentado muy bien a la dirección de Vestas. Cuando se anunció el cierre de la fábrica, la ministra lo calificó como una decisión "tremendamente desacertada, injusta, abusiva e irresponsable", y mostró su "absoluto rechazo sobre el fondo y las formas de una decisión industrial -el ERE de extinción-" por lo que "como no puede ser de otra manera, vamos a intentar revertir esta decisión".

Tampoco se quedó corto el presidente de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, al definirla "sin alma, ni corazón ni sensibilidad, que aprovechó recursos públicos y tiempos de bonanza" y que "ha aprovechado este tiempo para colonizarnos desde el punto de vista de sus intereses, recibiendo 13 o 14 millones de euros en recursos públicos", exigiéndoles la "paralización de ERE".

Hoy lunes, 10 de septiembre, arrancan las negociaciones del ERE de extinción presentado por la compañía. Desde esta primera reunión, se abrirá un periodo de consultas que durará un mes y servirá para que se presenten las propuestas por ambas partes. La negociación empieza de cero, pese a que la última propuesta de la empresa era una indemnización de 55 días por año trabajado. Ahora podría poner encima de la mesa solo los 20 que señala la ley.

"Hay poco recorrido" añaden las mismas fuentes sindicales, "la única opción que los trabajadores tienen para negociar son las 70 máquinas que tienen bloqueadas en producción desde que se inició la huelga y que tienen que salir porque hay clientes que llevan esperando tres meses en el muelle de Valencia para llevárselas a Italia".

De no entregar esa producción supondría unas pérdidas para la compañía de entre 30 y 40 millones de euros, además de "tener que alargar aún más los plazos de entrega al tenerlas que volver a producir en otra fábrica".

Recortes en la fábrica de Daimiel

Y esto es solo el principio. Según ha podido saber El Periódico de la Energía, "también hay movimientos preocupantes en la fábrica de palas de Daimiel, se están repitiendo los mismos episodios que se vivieron en León".

Después de que Vestas manifestara su compromiso de seguir invirtiendo en las fábricas de Viveiro (Lugo) y Daimiel (Ciudad Real) para convertirlas en referentes de producción para Europa nada más salir de su reunión con la ministra de Transición Energética, "acaba de anunciar a sus trabajadores temporales que no van a renovar en cuanto se les acabe su contrato. Esto supone que unos 400 trabajadores, casi la mitad de la plantilla, se va a ir a la calle antes de mediados de noviembre, que es cuando finaliza el último de ellos".

Ya os contamos hace unos meses que Vestas prefiere la contratación por una ETT para su fábrica de palas de Daimiel, Ciudad Real, la más importante de la compañía en España, que incorporarlos en plantilla. De los casi 1.000 trabajadores con los que cuenta, casi la mitad, 460, son temporales de una bolsa de empleo de 700-800 personas que van rotando según las necesidades de trabajo.

https://elperiodicodelaenergia.com/los-sindicatos-se-alzan-en-armas-contra-vestas-por-la-elevada-temporalidad-en-la-fabrica-de-palas-de-daimiel/

"Este martes, la dirección ha convocado una reunión y el miedo que tienen los trabajadores es que Vestas quiera retirarse del país", apuntan las fuentes sindicales, "además, Vestas siempre ha tenido una imagen de vender calidad y servicio, de contratar a los mejores tecnólogos para sus centros de producción, y ahora parece que prima el precio antes que la calidad, está buscando personal sin ninguna cualificación y más aún, esto podría significar que el objetivo es subrogar los servicios en España y cambiar su política empresarial".

"Si fuera porque las acciones de Vestas están cayendo o porque ha dejado de ser el fabricante eólico número uno del mundo, se podría entender su decisión, pero si continúa recortando y rebajando costes, al final va a repercutir en la calidad del producto final", advierten las fuentes.

Los cambios en los centros de producción en España de Vestas se están sucediendo a una velocidad alarmante. En junio se cerró la planta multiplicadora de reparación en Villafranca del Penedés (Barcelona), Vestas Spare Parts & Repair, donde trabajaban más de 40 personas, ahora la de León (Vestas Nacelles), con una plantilla de unos 600 trabajadores, y en los próximos meses saldrán de Vestas Blade en Daimiel los más de 400 eventuales de un total de 1.000 operarios y con una reunión en ciernes, el martes, 11 de septiembre. ¿La próxima será la cuarta fábrica que tiene Vestas en España, Vestas Generator Factory en Viveiro (Lugo)?

De cumplirse los peores presagios, supondría que "la eólica danesa ha decidido sacar toda la producción de nuestro país y quedarse solo para conservar sus contratos de mantenimiento de parques eólicos", concluyen. Especialmente el más importante, los 2.190 MW eólicos de Iberdrola, al haberle ganado la licitación a Siemens Gamesa en enero pasado.

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Un comentario

  • Miguel

    02/10/2018

    Menos mal que las energías renovables iban a traer un montón de empleo y de calidad!

    En pleno repunte de instalaciones eólicas en España, y con planes de seguir instalando mínimo hasta el 2030, la fábrica de León cierra, y la de Daimel tiene la mitad de empleados contratados a través de una ETT, y que encima se van a ir a la calle también.

    Como sigan así, a este paso, no se cierran las centrales nucleares, que dan trabajo bien remunerado y estable durante muchos años.

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