La multinacional danesa Vestas ha anunciado el cierre de la mayoría de líneas de producción de su fábrica de palas y nacelles en Villadangos del Páramo (León). Casi 600 empleos están en juego. El fabricante de aerogeneradores quiere llevarse la producción a China e India y eso pasa por un expediente de regulación de empleo en la planta.
Los 180 trabajadores eventuales de la fábrica abandonarán sus puestos el próximo mes de julio, y unos 200 empleos fijos de la misma no tienen garantizado su puesto.
Según la prensa local, se iniciaron las conversaciones entre la dirección de la compañía y el comité de empresa y fue un absoluto fracaso. Quieren cerrar cinco de las siete líneas de producción y dejar hecho un solar la planta.
Este miércoles, los trabajadores se reunirán con la Junta de Castilla y León para tratar de buscar una solución a los cientos de personas que se van a quedar sin trabajo. Eso sin contar lo que afectará a la industria auxiliadora, cercana a la planta.
Según la prensa local, la intención de Vestas es suprimir la fabricación del modelo V-90 ****que incorporó en el año 2014 y la producción de los aerogeneradores de dos megavatios en el mes de julio.
Más adelante cerrará otras líneas de producción para quedarse únicamente con la fabricación de nacelles de la turbina V-112, la de más avanzada tecnología.
Este problema de Vestas en León no es único en España. A este hay que sumar el de la planta de Daimiel el fabricante de aerogeneradores negocia con los sindicatos la frustrante situación de los trabajadores temporales. De los casi 1.000 trabajadores con los que cuenta la planta, casi la mitad, 460, son temporales.
La compañía danesa sigue así los pasos de su homóloga Siemens Gamesa. Y eso que ahora en España se tienen que construir varios miles de megavatios eólicos. Parece que Vestas ha perdido la batalla en la subasta de renovables española y las consecuencias de las malas decisiones las pagan sus trabajadores.
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