El Consorcio de la Zona Franca de Vigo ha presentado la manifestación de interés enviada al Gobierno para el proyecto de una Fábrica de Baterías Eléctricas, que incluye también laboratorios de tecnologías de propulsión limpia, en el marco de los fondos europeos Next Generation y el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.
La fábrica de baterías tendría una capacidad de producción inicial de 2 GWh hasta lograr 16 GWh en la fase final, con una producción de 300.000 baterías eléctricas. La inversión alcanza los 151,7 millones.
La creación de empleo tendría dos fases, en la primera serían 100 empleos directos y 1.000 empleos indirectos y en la segunda, con la fábrica a pleno rendimiento, más de 800 empleos directos y 8.000 indirectos.
Uno de los puntos fuertes del proyecto son los laboratorios de tecnologías de propulsión limpia asociados. Uno de ellos integrado en el proyecto y otros cuatro de apoyo liderados por CTAG.
El Centro de competencias liderado por CTAG asociado al proyecto cuenta con laboratorio de desarrollo de cadena de tracción mecánica, laboratorio de prototipos de celdas, módulos y packs, laboratorio de validación de celdas, módulos y packs de alta tensión y laboratorio de abuso.
La presentación contó, además de con el delegado del Estado en el Consorcio, David Regades; con la directora de Innovación del CTAG, Ana Paúl; el alcalde de Vigo, Abel Caballero; y la presidenta de la Diputación, Carmela Silva.
El delegado de Zona Franca, David Regades, destacó que los laboratorios “diferencian a este proyecto, que tiene como objetivo anclar la industria de la automoción, mejorar su competitividad, abastecer la demanda de baterías de fábricas de automoción en la Península, abastecer la demanda de otros participantes del proyecto, así como crear un centro de competencias e investigación y desarrollo del vehículo eléctrico”. Junto a ello “mantener la posición de Vigo como referente europeo en la producción de vehículos”.
El alcalde y presidente de Zona Franca, Abel Caballero, destacó que “para llegar a la meta hay que tomar la salida”. Recordó el regidor que el proyecto se puso en marcha en otoño pasado y “hoy culminamos una etapa con un proyecto a favor del sector y compatible con otros”.
La presidenta de la Diputación de Pontevedra, Carmela Silva, mostró su “orgullo” de que la ciudad de Vigo “sea capaz de presentar un proyecto tan potente. Nos hemos acostumbrado tanto a que todo lo que hagamos sea excepcional que a veces no le damos el valor que tiene”. Carmela Silva aseguró que “este es un proyecto estratégico, diseñado al milímetro y con el compromiso del Concello y la Zona Franca de que lo liderarán”. La presidenta valoró que se trata de “una enorme noticia para nuestra ciudad y para todo el noroeste peninsular” y que “Vigo está construyendo su futuro porque sabe de lo que habla: somos la zona de la industria y está en nuestro ADN”.
La directora de innovación de CTAG, Ana Paúl, señaló que para el centro tecnológico “la movilidad eléctrica es una prioridad” para “hacer más atractivo nuestro sistema de innovación y poder captar nuevos proyectos”.
Más de una veintena de empresas e instituciones están involucradas en este proyecto, un ecosistema que cubre la cadena de valor del sector. El ecosistema irá ampliándose y a medida que se incorporen nuevos agentes, el papel de la Zona Franca de Vigo irá disminuyendo su peso de forma que la titularidad será de las empresas.
Falta Stellantis
La factoría del Grupo PSA (ahora Stellantis) en Vigo ha explicado que el proyecto liderado por Zona Franca para captar fondos europeos para una planta de baterías en la comarca viguesa, y cuyo manifiesto de declaración de interés ha sido presentado este martes, está "en fase embrionaria".
Así lo han trasladado fuentes de la empresa al hilo de la ausencia del constructor de automóviles en ese proyecto presentado por Zona Franca, Ayuntamiento y Diputación de Pontevedra, y que tiene una inversión prevista de más de 151 millones de euros.
Estas fuentes no han descartado definitivamente que la factoría se sume a la plataforma, y han afirmado que trabajan con Zona Franca de Vigo "para ver el posible encaje de esta iniciativa en la estrategia de Stellantis". No obstante, han añadido: "por lo que conocemos, esta iniciativa está en una fase embrionaria".
Por otra parte, la empresa ha recordado que Stellantis y Total Saft lanzaron una 'joint venture' en 2020 para la producción de células de baterías (Automotive Cells Company). "Este proyecto cuenta con el apoyo de los gobiernos francés y alemán", han añadido desde el grupo automovilístico, al tiempo que han confirmado que esa producción se hará en Douvrain (Francia) y Kaiserlautern (Alemania).
El proyecto de Vigo
En cuanto a las fases del proyecto son cuatro. La primera es la instalación de los laboratorios; la segunda la fabricación de prototipos en una planta piloto; la tercera, el centro de producción con un objetivo inicial de 2 GWh al cumplir los 3 años y 35.000 baterías y la última fase sería la ampliación de capacidad de la fábrica hasta los 16 GWh y una producción de 300.000 baterías.
La manifestación de interés presentada por Zona Franca destaca que Vigo es un enclave ideal por la cercanía a los fabricantes de vehículos, en la propia ciudad una producción superior a los 500.000 vehículos; a menos de 500 km, una producción superior a los 840.000 vehículos y en la Península ibérica más de 3 millones. Pero, además, el sector de la automoción está muy arraigado y hay una fuerte presencia de centros tecnológicos. También cuenta la cercanía a materias primas.
En la actualidad hay más de cuatro millones de vehículos eléctricos en circulación en el mundo. Se prevé que esta cifra ascienda a entre 50 millones y 200 millones para 2028 y que llegue hasta los 900 millones para 2040. La UE tiene como objetivo 30 millones de coches eléctricos en 2030.
El impacto positivo del proyecto en la sociedad y la economía es evidente porque con él se impulsa la economía a través de una necesidad del mercado, se genera empleo cualificado e inversiones relacionadas, se obtienen patentes, se impulsa la movilidad sostenible, se ancla la industria de la automoción al territorio y se mejora su competitividad y se contribuye tanto a la transformación digital como a la transición ecológica. Un coche eléctrico emite 2 toneladas menos de CO2 al año que uno de combustión térmica, estimación que incluye las emisiones asociadas a la fabricación de baterías. La reducción estimada de CO2 de este proyecto sería de 600.000 toneladas de CO2 al año.
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