Para que en el 2035 se dejen de comercializar vehículos de combustión (con la salvedad de los que empleen combustibles sintéticos), no solo es vital que el precio de los coches eléctricos se rebaje sino que exista una infraestructura de carga pública que permita a los usuarios circular con tranquilidad. Si bien muchas de las actuales gasolineras se acabarán convirtiendo en electrolineras, el paso intermedio es ver cómo ambos sistemas conviven.
Sin embargo, no todas las estaciones de servicio actuales son capaces de soportar el montaje de un cargador rápido (más allá de las trabas gubernamentales que puedan existir)… hasta ahora. Porque Volkswagen y Shell se han aliado una vez más para poner en liza el cargador Flexpole. Se trata de un cargador rápido creado por Eli, la subdivisión eléctrica de VW, que se estrenará en Göttingen, Alemania y cuya principal peculiaridad es que permite ofrecer cargas de 150 kW conectándose a una red de bajo voltaje.
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