El vicepresidente de electromovilidad de Volvo asegura que si las empresas apuestan por los camiones eléctricos, los conductores adaptan sus hábitos y las administraciones apoyan el cambio, podrían llegar a dominar las carreteras en 4 ó 5 años.
Mientras los autobuses eléctricos han arrancado definitivamente y son cada vez más ciudades las que apuestan por ellos, en un esfuerzo de evitar el ruido y la contaminación, sobre todo en China, parece que a los camiones les está costando más dar el salto a la electricidad.
Sin embargo, empresas como ZF, Tesla o Hino Motors trabajan ya para desarrollar los camiones eléctricos que dominarán las carreteras en un futuro. ¿Cuánto habrá que esperar? Desde Volvo creen que el momento ya ha llegado y, según Edward Jobson, actual vicepresidente de electromovilidad de la empresa sueca, solo depende del mercado dictar cuánto tiempo tardarán en tomar el control.
En una entrevista con el portal Trucks.com, Jobson habló sobre su opinión acerca del estado de los autobuses eléctricos y de sus ventajas sobre los diésel. El principal problema, claro está, es la autonomía para los larguísimos trayectos que deben hacer los conductores, pero con un cambio de hábitos, dice el directivo, todo es posible.
Más fiables y baratos de mantener
Según Jobson, la principal ventaja de los camiones eléctricos es su fiabilidad y su reducido mantenimiento. Teniendo en cuenta que sus trenes motrices tienen muchísimos menos componentes que los diésel, las reparaciones serán menos habituales, más rápidas y más baratas, por no contar, además, que el precio de recarga será mucho más asequible que el de repostar un diésel.
Además, el directivo de la firma sueca recuerda que sus autobuses eléctricos –Volvo también los fabrica– han sentado las bases de lo que serán los camiones, porque se valdrán de los mismos sistemas. "El sistema hidráulico, la dirección, los sistemas eléctricos, los motores... Todo es lo mismo y utilizaremos soluciones parecidas", asegura Jobson, que recuerda que ya tienen muchos kilómetros de experiencia gracias a los autobuses.
Y ¿cuándo llegarán? Es la pregunta del millón. Nadie sabe cuándo empezarán a sustituir a los diésel. Sin embargo, desde Volvo creen que depende de varios factores, como la intención del mercado y los hábitos de los usuarios. Desde Suecia entienden que hay clientes que quieren apostar ya por la electrificación, pagando de más, y otros que esperarán a que haya mejor tecnología y precios más bajos. Dependerá del comportamiento y la elección de las empresas. Una baja demanda de los primeros camiones eléctricos podría convertirse en un gran obstáculo para su explosión.
Aun así, Jobson quiere recordar que los vehículos pesados eléctricos ya pueden funcionar para cubrir largas distancias, desmintiendo una creencia que podría estar frenando las empresas que se plantean apostar por la nueva tecnología. El directivo asegura que, si se cambian los hábitos del conductor, parando a descansar o dormir y utilizando estos tiempos para recargar, el cambio podría tardar no más de 4 o 5 años. Sin embargo, si el conductor no asume estos hábitos y las administraciones no apuestan por una infraestructura de carga efectiva, podría llevar más de 10 años hacer el salto definitivo al transporte eléctrico.
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