Consciente de la creciente crisis climática y para mejorar el acceso de las personas refugiadas a la energía segura y sostenible, así como minimizar su propio impacto medioambiental, la Agencia de la ONU para los Refugiados, ACNUR, ha presentado una Estrategia Global para la Energía Sostenible de cuatro años.
La estrategia promueve la transición hacia la energía limpia y renovable en los campos de refugiados y espacios de acogida, incluyendo hogares particulares, espacios comunitarios e instalaciones de apoyo.
"No cabe duda de que el cambio climático está siendo un factor que contribuye a las causas subyacentes de los conflictos y el desplazamiento. Desde sequías y hambrunas hasta condiciones meteorológicas extremas cada vez más frecuentes, los efectos del cambio climático los están experimentando de forma más acuciante las personas en mayor situación de vulnerabilidad y marginación en el mundo, entre ellas los refugiados y sus comunidades de acogida", ha dicho Andrew Harper, director de Apoyo y Gestión de Programas de ACNUR.
Según recientes estimaciones, más del 90% de las personas refugiadas que viven en campamentos tiene un acceso limitado a la electricidad, lo que les dificulta poder cocinar, calentarse, estudiar, trabajar o poder orientarse de noche, además de exponerles a diversos riesgos desde un punto de vista de la salud y la protección. Al no disponer de energía limpia, muchas personas refugiadas necesitan emplear leña y carbón para cubrir sus necesidades domésticas urgentes, mientras que por lo general los espacios comunitarios e instalaciones de apoyo cuentan con generadores diésel. Todas estas fuentes de energía tienen un coste económico y medioambiental muy elevado.
"El cambio climático no es solo una causa de desplazamiento que obliga a muchas personas a abandonar sus hogares, sino que también provoca que la mayoría de esos desplazados acaban llegando a algunas de las áreas más vulnerables del mundo", ha señalado Andrew Harper.
"Esto plantea desafíos importantes, tanto humanitarios como medioambientales. Tenemos que garantizar que aquellas personas forzadas a desplazarse pueden satisfacer sus necesidades básicas de energía mientras están en el exilio, al tiempo que se minimiza la degradación medioambiental y se protegen los medios de vida de las comunidades de acogida".
ACNUR ha estado trabajando durante décadas para reducir el impacto medioambiental de las crisis de refugiados. Algunas de las iniciativas destacadas son la instalación de parques solares en los campos de refugiados de Azraq y Zaatari en Jordania, la distribución de combustible limpio para cocinar en Níger, combustible limpio y una planta de tratamiento de residuos para las personas refugiadas en Bangladesh, y energía renovable y soluciones para cocinar de forma limpia para refugiados en Ruanda, Tanzania y Etiopía.
Precisamente en Etiopía trabaja la Alianza Shire, la primera alianza multiactor de la acción humanitaria en España en la que participan cinco entidades del sector público, privado y académico, en colaboración con ACNUR, con el objetivo de mejorar los servicios de acceso a energía y la calidad de vida de las poblaciones refugiadas en los campamentos de la región de Shire, en el norte del país. La Alianza puso en marcha un proyecto piloto en el campo de Adi-Harush que supuso cuatro kilómetros de alumbrado y la conexión a la red eléctrica de diversos servicios, entre ellos varios mercados, cocinas comunitarias y una escuela. La Alianza trabaja ahora en los campos de Shimelba, Hitsats, Mai-Aini y Adi-Harush, en beneficio de la comunidad refugiada y local, extendiendo el acceso a la red eléctrica, instalando sistemas fotovoltaicos aislados y alumbrado público, y diseñando modelos de negocios conjuntos entre ambas comunidades.
ACNUR también ha sido pionera en la puesta en marcha de proyectos modernos e innovadores de restauración de tierras, como el «Campo de Refugiados Verde» en Camerún, que permitió la reforestación de más de 100 hectáreas de tierras gravemente degradadas en el campo de refugiados de Minawao y sus alrededores, así como la creación de 175 puestos de trabajo en la zona. El proyecto fue seleccionado como ejemplo de las Mejores Prácticas Globales durante la cumbre de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Asamblea General de Naciones Unidas de este año por su aportación al cumplimiento de los ODS.
La nueva Estrategia de Energía Sostenible de ACNUR se construye sobre las iniciativas recientes para la transversalización del acceso a la energía sostenible y minimizar el impacto medioambiental en las operaciones sobre el terreno de ACNUR en todo el mundo.
La estrategia se enfoca en cuatro áreas principales: garantizar que las personas refugiadas tengan cubiertas sus necesidades básicas de energía desde el inicio de una emergencia; mejorar el acceso de las personas refugiadas a una energía limpia y asequible para cocinar; mejorar el acceso sostenible de las familias a electricidad para que puedan calentar e iluminar sus hogares; y garantizar que se cuenta con energía limpia para el funcionamiento de centros comunitarios e infraestructuras de apoyo como sistemas centrales de abastecimiento de agua, alumbrado público, escuelas y centros de salud.
Para la implementación de la estrategia, ACNUR promoverá y facilitará el acceso de las poblaciones refugiadas y desplazadas a energía limpia, trabajando de cerca con proveedores energéticos para promover la conexión a las redes eléctricas nacionales, así como mini sistemas descentralizados de red eléctrica con energía renovable que permitan dar soporte tanto a las comunidades de refugiados como de acogida en la zona.
Socios destacados como la Fundación IKEA, la Lotería Nacional de los Países Bajos, y los gobiernos de Dinamarca, Alemania, Japón, Noruega, Suecia, Países Bajos y Estados Unidos han desempeñado un papel decisivo para que ACNUR pueda ampliar sus iniciativas medioambientales y energéticas en sus operaciones por todo el mundo.
Para financiar y proveer de energía sostenible a quienes lo necesitan serán necesarias más alianzas, apoyo y esfuerzos conjuntos entre actores humanitarios, de desarrollo y de sector privado.
El Pacto Mundial sobre los Refugiados insta a que se eleve la inversión en energías renovables en los países de acogida para asegurar el acceso de las personas refugiadas a los combustibles y la energía. También promueve una gestión integrada y sostenible de los recursos naturales y ecosistemas dentro o en los alrededores de áreas urbanas y rurales de acogida de refugiados.
El primer Foro Mundial sobre los Refugiados de la historia, un encuentro global sobre personas refugiadas que se celebrará los días 17 y 18 de diciembre, también ofrecerá una ocasión para que la comunidad internacional se comprometa a poner en marcha soluciones innovadoras para garantizar el acceso de los refugiados y comunidades de acogida a la energía limpia, así como respuestas humanitarias más ecológicas.
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