Política energética

¿Adiós al PVPC? El Gobierno estudia cambios en la tarifa regulada

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El precio de la luz está disparado. El mes de agosto se ha convertido en el más caro del año, un 24% más alto que hace un año. Y lo peor está por llegar, porque septiembre se espera que continúe con su tónica alcista. Si no hay cambios, 2018 se convertirá en el segundo año (después de 2008), con el precio del mercado eléctrico más elevado desde 1998.

La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, ya tiene una cita con el Parlamento, el próximo **19 de septiembre, **para explicar esta subida y aprovechará también para tratar el estado actual del bono social eléctrico y de los 'pobres energéticos', los grandes damnificados de esta situación. Los grupos de la oposición esperan soluciones para poner tope a este descalabro en la factura de los consumidores  Pero ¿qué opciones hay?

https://elperiodicodelaenergia.com/los-primeros-damnificados-por-la-subida-de-la-factura-de-la-luz-los-pobres-energeticos/

"Todo apunta a que el Gobierno va a cambiar el actual sistema de PVPC (Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor), que fue creado por el anterior gobierno del PP, por el ministro Álvaro Nadal, y buscarán otra metodología y también otro nombre para el nuevo sistema" explican fuentes del sector eléctrico, "la realidad es que la tarifa regulada es la que más volatilidad sufre y lo peor es que solo afecta al segmento más vulnerable, al consumidor doméstico".

Los contratos de mercado libre suelen determinar un precio fijo anual mientras que el PVPC calcula el precio del coste de la energía en función de la casación que se produce cada hora y cada día del año. "Si se compara el coste medio anual de la energía desde el 1 de enero entre el mercado regulado y el libre, con los altos precios de agosto y los previstos en los próximos meses, al final de 2018, el precio medio anual de los del mercado libre habrá sido de entre 52/53 euros el megavatio hora (precio de la electricidad), más barato que los del mercado regulado, que se situarán entre los 55/56 €/MWh", añaden las fuentes.

Hace dos años, en enero de 2017, a causa del 'parón' nuclear de Francia, la subida de los precios de los combustibles fósiles y la menor generación renovable, también se dispararon los precios, alcanzando cotas nunca vistas hasta entonces, "y también se eliminó esa ventaja entre los precios del mercado libre y del regulado".

"Si desaparece el mercado regulado debería haber una excepción: las familias vulnerables, pero sin sufrir la volatilidad actual, con un precio lo más bajo posible", explican, "el PVPC está fijado en la Ley del Sector Eléctrico y aunque se puede modificar para que se ajuste a una 'tarifa social' necesitará el apoyo parlamentario".

"Una cosa es el coste de la energía y otra es la factura que llega a casa", explica Francisco Valverde, experto en el sector eléctrico, "mi experiencia es que los consumidores que están en mercado libre y desde hace tiempo, que es la situación estándar, y en comercializadoras grandes, pagan más que los del mercado regulado. En su momento se acogieron a una oferta muy buena pero después, siempre sube exponencialmente".

"Además lo que se paga en la factura no es lo que cuesta la energía en el mercado mayorista, porque solo representa un 30% del total. Si los precios en el 'pool' suben un 10%, sería un 10% del 30% del total, el resto son costes del sistema e impuestos: la tasa municipal, el IVA (21%), el impuesto eléctrico, etc., sin contar con el 7% de impuesto a la generación eléctrica que al final es un coste que termina trasladándose al precio final, o el 25% adicional de la hidroeléctrica", señala Valverde, "si realmente el Gobierno (o los Gobiernos anteriores) quisieran que bajara el precio de la luz, mañana mismo se haría".

"Si no lo hacen o no lo han hecho, es porque es una manera estupenda de recaudar, porque todos necesitamos electricidad para vivir, y no solo hay impuestos excesivos en este sector, en la energía en todas sus facetas, no olvidemos los impuestos a los carburantes", añade.

Una de las razones de esta escalada de precios, además de la subida imparable de los combustibles fósiles, gas y carbón sobre todo, es la fuerte subida que están experimentando los precios de los derechos de emisión de CO2 a la atmósfera, es decir, lo que pagan las centrales eléctricas de gas y carbón para poder contaminar. "Y ¿adivina dónde va ese pago de los derechos? A las mismas arcas que el resto de los impuestos, aunque ahora es cierto que hay un alto componente de especulación", concluye el experto, "así que la respuesta no está en eliminar el PVPC sino en bajar los impuestos".

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Un comentario

  • Carlos

    07/09/2018

    No es exacto que el dinero de los derechos de CO2 vaya al estado.
    Mayoritariamente el dinero que pagan unas empresas (que les faltan derechos) va a parar a otras empresas (que les sobran derechos), o a proyectos de reducción de emisiones que grandes empresas realizan en terceros países (mecanismo de desarrollo limpio).
    Hay una pequeña parte de derechos que la CE permite subastar a cada país, cuyos ingresos deben destinarse a determinadas acciones definidas por la CE, pero es eso, una pequeña parte.

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