La Agencia Internacional de la Energía (AIE) urgió este martes a reducir las emisiones mundiales de metano, que subieron en 2022 en el sector energético a pesar del reducido coste que implica recortarlas y de los elevados precios de las energías fósiles.
Las emisiones de metano generadas por el sector energético alcanzaron el año pasado casi los 135 millones de toneladas, con un ligero aumento respecto a 2021 y solo un poco por debajo del récord de 2019, pese a los altos precios del gas natural en todo el mundo, señala el informe anual de la AIE sobre estas emisiones.
El sector de la energía es responsable de aproximadamente el 40% de las emisiones de metano, solo por detrás de la agricultura, y la AIE insiste en que el 75% de ellas podrían eliminarse con tecnologías ya existentes.
Las emisiones de metano disparadas
Y haría falta menos del 3% de los ingresos de las compañías de petróleo y gas de todo el mundo en 2022 para realizar las inversiones necesarias para lograr ese recorte tan drástico, recalca el documento.
Aproximadamente 260.000 millones de metros cúbicos de metano se pierden cada año en la atmósfera en las operaciones de extracción de gas y petróleo, y tres cuartas partes de esa cantidad podrían retenerse y salir al mercado usando técnicas y tecnologías conocidas, insiste la AIE.
"No hay excusa", afirma el director ejecutivo de la agencia, Fatih Birol, quien lamenta las conclusiones de un informe que "muestra que se hacen algunos progresos, pero que las emisiones siguen siendo demasiado altas y no bajan con la suficiente rapidez".
El metano es uno de los principales gases de efecto invernadero, responsable de alrededor del 30 % del aumento de la temperatura global desde el comienzo de la Revolución Industrial, recuerda el informe.
El estudio de la AIE
Añade que como este gas se disipa mucho antes que el dióxido de carbono (CO2), evitar las fugas tendría un efecto rápido en la limitación del calentamiento global.
El informe destaca también que los satélites se están convirtiendo en herramientas muy útiles para detectar los episodios de "superemisiones" de metano, de los que hubo más de 500 el año pasado en instalaciones de extracción de gas y petróleo y otros 100 en minas de carbón.
Los países que representan el 45% de las emisiones mundiales de metano se comprometieron en noviembre de 2021 a recortarlas en un 30% para 2030.
Varios anuncios posteriores elevaron los países comprometidos hasta el total del 55% de las emisiones mundiales causadas por actividades humanas y el 45% de las generadas por el sector energético.
La AIE considera "crítico" que esos países pongan en marcha "estrategias y medidas pragmáticas" para hacer realidad esos compromiso y también convencer a otros que no se han sumado a la iniciativa.
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