El gobierno alemán ha creado un fondo de mil millones de euros para apoyar el cambio de la industria del automóvil hacia la movilidad de bajas emisiones. Un “fondo futuro” destinado a este propósito ya está listo para su lanzamiento, dijo el ministro de Finanzas, Olaf Scholz ( SPD ), luego de una “cumbre automotriz” con la canciller Angela Merkel ( CDU ) y representantes de la industria, sindicatos y estados federales.
“Nuestro objetivo es que la industria automotriz alemana construya los autos amigables con el clima del futuro, cree nuevos empleos y mantenga la creación de valor”, dijo Scholz, el candidato a canciller del SPD en las elecciones federales del 26 de septiembre.
Alemania cuenta con más de 800.000 empleos directos en la fabricación de automóviles , casi cuatro veces más que Francia, el segundo lugar de fabricación de Europa, y es el hogar de las marcas mundiales de automóviles Volkswagen, Audi, Porsche, Mercedes-Benz y BMW. Los automóviles son uno de los artículos de exportación más importantes del país y la industria ha sido durante mucho tiempo un pilar de su éxito económico general.
El fondo, que está destinado principalmente a las regiones alemanas con una fuerte presencia en la industria del automóvil, se decidió en principio el año pasado y ahora se ha acordado en detalle.
El fondo pone a disposición 340 millones de euros para “redes de transformación” regionales para reunir a los actores locales y desarrollar estrategias. Otros 340 millones de euros se dedicarán a promover la digitalización, y 320 millones de euros se utilizarán para ayudar a las pequeñas y medianas empresas a convertir la producción en unidades de propulsión eléctrica y pilas de combustible.
Los participantes dijeron a Süddeutsche Zeitung que la industria exigió el apoyo del gobierno en su lucha contra las regulaciones climáticas más estrictas de la UE y advirtieron sobre un vacío de poder después de las elecciones. Después de la reunión, la directora de la asociación de la industria automotriz VDA, Hildegard Müller, reiteró sus críticas a lo que llamó un endurecimiento excesivo de los límites de emisiones de CO2 de la flota.
Ella dijo que las propuestas de la Comisión Europea en el paquete legislativo Fit-for-55 constituyen una prohibición de facto para 2035 “innecesaria e imprudente” para los vehículos con motor de combustión interna. Muchos ambientalistas están pidiendo que se prohíba la venta de automóviles convencionales para 2030 para lograr los objetivos climáticos.