Desde los albores de esta nueva era eléctrica uno de los puntos más representativos ha sido el de la autonomía. Una variable que lógicamente está ligada con la capacidad de las baterías. Por eso, para intentar paliar esa ansiedad que provoca que el estar mirando constantemente el porcentaje de energía restante o el nivel de batería que queda, muchos fabricantes han optado por incorporar enormes paquetes de celdas que, en algunos casos, llegan a superar los 100 kWh de capacidad como es el caso de los Tesla o de algunos Mercedes-Benz.

En este sentido, poco se habla de la eficiencia y el impacto medioambiental que tiene el hecho de fabricar baterías tan grandes aunque ese no es el motivo de estas líneas (sí lo será de otras en un periodo cercano), sino que según un estudio elaborado por la Universidad de Delaware capitaneado por Willet Kempton la conclusión es que las baterías de menor capacidad son más que suficientes para los usuarios de coches eléctricos.

Largas distancias, de vez en cuando

El equipo de trabajo de Kempton estudió los hábitos de 333 conductores de vehículos cero emisiones localizados en Atlante (EE.UU) desde el 2004 hasta la actualidad y los comparó con las necesidades de uso del día a día. Sus primeras conclusiones ya fueron más que reveladoras pues el 38% de los mismos podría haberse conformado con una batería inferior a los 40 kWh, que diera para cubrir de sobra 250 kilómetros reales. Todo ello sin necesidad de cambiar sus hábitos, es decir, cargando el coche en casa e incluso en el trabajo o en los puntos de carga pública de corriente alterna mientras realizan otras actividades puesto que no habrían requerido hacer largos viajes o paradas adicionales para cargar.

El propio Kempton argumenta además que el poseer coches con baterías más pequeñas supone un beneficio económico ya que son más baratos de producir y, por tanto, de comprar. A ello suma el componente de la seguridad pues como aseguró en una entrevista a Ars Technica “en caso de impacto, el peso del vehículo es mucho menor si montamos una batería de pequeña capacidad que una de gran tamaño, disminuyendo la gravedad de la colisión”.

Entonces, ¿son realmente útiles los eléctricos con baterías enormes? Dejando a un lado el componente medioambiental, lo son para aquellos usuarios que necesitan cubrir largas distancias siendo en realidad  un espectro bastante escaso del estudio elaborado por Kempton en el que argumenta que en realidad tendría más beneficio económico alquilar un coche que comprarse uno de estas características. Además, otra solución derivada de tener coches con celdas más justas es que sería más fácil disponer de una infraestructura de carga pública acorde, sin necesidad de realizar grandes esfuerzos económicos en colocar supercargadores, sin contar lógicamente con el propio deterioro de las baterías para el caso de aquellos usuarios que siempre están conectando sus vehículos en este tipo de tomas. Así que la conclusión final está clara, antes de entrar en pánico acerca de la autonomía, haz un estudio propio de cuál es tu situación actual para, posteriormente adquirir el vehículo eléctrico que mejor se adecúe a tus necesidades diarias.