Arabia Saudí nunca tuvo interés en congelar la producción de petróleo, ya que quiere perpetuar su liderazgo en el mercado internacional, aseguró hoy a Efe Galina Gagárina, economista de la Universidad Económica Rusa Plejánov.
"Creo que el ministro de Energía saudí ya sabía desde un principio que Arabia Saudí no firmaría ninguna congelación en Doha. Los saudíes querían dejar claro quién es el líder y demostrar que todo en el mercado de petróleo depende de ellos", comentó.
Además de los miembros de la OPEP, otros seis países exportadores acudieron el 17 de abril a la reunión de Doha con la esperanza de llegar a un acuerdo, pero Arabia Saudí "comenzó a poner condiciones, como que sin la presencia de Irán no es posible firmar nada".
"Cuando Irán hacía mucho que había dicho que no suscribiría ningún acuerdo hasta que alcanzara los niveles de extracción de 2010, es decir, los 4 millones de barriles", explicó.
En su opinión, los saudíes son muy conscientes de que el coste de la extracción, en su caso, es "de entre 1 y 5 dólares", ya que "su petróleo está prácticamente en la superficie", cuando "en Rusia oscila entre 15 y 20 dólares".
"Con lo bajos precios de ahora, incluso con 30 o 25 dólares el barril, los saudíes vivirían muy bien. Pero, mientras, se suspenderían los proyectos de gas de esquisto en EEUU, de arenas de petróleo en Canadá y los árticos en Rusia", destaca.
Para empezar, agregó, "la inversión en Rusia ha caído un 40 % en el sector, mientras los ingresos en enero y febrero han disminuido más del 50 %".
Gagárina enmarca la actitud saudí en la acérrima rivalidad que mantiene con Irán por la hegemonía regional y que se agudiza con el levantamiento de las sanciones internacionales contra Teherán tras el acuerdo nuclear con Occidente.
Al respecto, recordó que en su momento EEUU prohibió la venta de crudo y ahora se ha convertido junto a Rusia y Arabia en la mayor potencia exportadora del mundo.
A su juicio, Irán mantiene una postura "lógica", ya que "tuvo durante muchos años las cuentas congeladas y quiere recuperar el tiempo perdido".
"Al mismo tiempo, los iraníes no estuvieron con los brazos cruzados y durante las sanciones fomentaron el consumo interno al canalizar sus reservas al suministro de combustible a la población y al tendido de nuevos oleoductos", precisó.
Sea como fuere, la catedrática considera que es muy difícil conjugar los intereses de todos los productores de petróleo, ya que es "un conglomerado de intereses" donde hay países desarrollados y otros "poco estables, como Irak y Libia".
"Esos países dependen de las exportaciones de crudo. Para ellos es muy difícil congelar la producción en virtud de un posible y futuro aumento de los precios que no está ni mucho menos garantizado", apunta.
A excepción de la década de 1970, cuando la situación se fue de las manos y se fundó la OPEP, es muy difícil consensuar una "política común".
En cualquier caso, niega que la falta de acuerdo suponga una tragedia para el sector, ya que "éste es ya de por sí muy volátil" y las tarifas dependen de "muchos factores", como la reciente la huelga en Kuwait, que disparó los precios este lunes.
"La industria petrolera ha vivido cosas peores y ha seguido desarrollándose. En economía y en consumo de materias primeras hablamos de ciclos. Hasta 2030 los expertos pronostican dos o tres alzas y caídas de los precios de las materias primas", resalta.
El actual ciclo alcista comenzó en 2001 y concluyó en 2012, cuando la economía china dejó de crecer en dobles dígitos y se redujo el consumo de materias primas.
"Cientos de miles de chinos pasaron a integrar la clase media y lo mismo ocurrirá en India e Indonesia. Esas economías volverán a crecer pronto y eso repercutirá en los precios del petróleo", vaticinó.
Considera que "115 dólares por barril (junio de 2014) no es normal y es fruto de los juegos políticos", pero pronostica que "el precio aumentará gradualmente hasta los 60-70 dólares para finales de 2017".
"¿Cuánto puede seguir cayendo? ¿Dos años? Creo que después se estabilizarán los precios. Las economías asiáticas y latinoamericanas, que son los grandes consumidores de materias primeras, crecerán", señaló Gagárina, hija de Yuri Gagarin, el primer astronauta de la historia.
Según el banco de inversión Goldman Sachs, la producción de petróleo aumentará en 500.000 barriles este año y en 600.000 en 2017 por el incremento del consumo, apunta.
Pese a los malos presagios para el sector, Gagárina considera improbable un cambio en la estructura del consumo y descarta que las energías renovables vayan a jugar un papel importante mientras haya reservas de petróleo y gas.
Alvaro Bengoa
22/04/2016