Después de una semana convulsa, con incertidumbre sobre el número final de despidos en la eólica Siemens Gamesa, ahora toca poner caras a la cifra definitiva, 408. Según ha podido saber El Periódico de la Energía, de la plantilla con contrato fijo serían 103 trabajadores y el resto se repartiría entre personal de ETT, que solo en Pamplona hay 300 empleados, además de entre 80 y 120 prejubilaciones.
"Ninguna planta española se va a ver afectada por los despidos, de los 103 contratos fijos, 93 son personal de oficina, y los otros 10 restantes son del equipo corporativo de la Dirección General de Desarrollo Corporativo y Estrategia", explican fuentes conocedoras, "por lo que los trabajadores de las fábricas pueden estar tranquilos por el momento".
Y es que las subastas de renovables en España han salvado de la catástrofe a las fábricas que hay en el país. "De hecho, ya se han hecho pedidos por valor de 1.000 MW de aerogeneradores Siemens Gamesa para parques ganadores de las subastas, lo que supone mucho trabajo para el personal de la compañía desde ahora hasta 2020, y lo que pueda venir después", anuncian las fuentes.
A partir del próximo jueves, 23 de noviembre, se convocan a los sindicatos y a la dirección para el inicio de las negociaciones del ERE, "y como el plazo para las conversaciones es de un mes negociable a ampliarse, los despidos no comenzarán a hacerse efectivos hasta enero del próximo año", explican, "pero antes, el Convenio de Oficinas de Siemens Gamesa incluye la obligación de crear una Mesa de Empleo que sirve para buscar herramientas para posibles salidas laborales a los despedidos, como por ejemplo, la creación de una bolsa de trabajo, y aunque hasta ahora solo podían acceder a ella el 70% de los afectados por el despido, si hoy se acuerda por parte de todas las organizaciones presentes que se incluyan a todos, al 100%, podría ser muy beneficioso".
El milagro de la fábrica de Miranda de Ebro
El caso de esta fábrica burgalesa podría estudiarse casi como un fenómeno paranormal. Construye palas de pequeñas dimensiones, la G97-2.0 MW, que ya no se utiliza más que ocasionalmente para algunos parques eólicos "y como les pasa desde hace ya varios años, cuando no tienen más pedidos y se les anuncia el cierre de la fábrica, en el último momento se obra 'el milagro'", explican "y eso es lo que le ha vuelto a ocurrir ahora a Miranda, que EDPR está montando un parque de 68 MW en Galicia, el Muxia I y el Muxia II, que tiene unas características peculiares y que solo puede utilizar ese tipo de palas, con lo que la fábrica de Miranda tiene trabajo para otro año y medio más".
Dinamarca 2.000 vs. España 408
A diferencia de España, el país nórdico se ha convertido en el principal damnificado de los recortes de Siemens Gamesa, cuadruplicando a nuestro país en el número de despidos. Sin embargo, pese a la dimensión del recorte, los agentes sociales y el Gobierno danés han reaccionado con calma ante la noticia. "El personal que se vaya a despedir de esta compañía eólica son trabajadores altamente cualificados y sus conocimientos serán útiles para otros puestos de trabajo en otra industria", explicaba a este diario Thomas Mølsted, del Ministerio de Empleo de Dinamarca, durante la jornada celebrada en la Embajada en Madrid "La evolución del mercado laboral. Una mirada desde Dinamarca y España", organizada por la Fundación Alternativas.
"Si el sector eólico en Dinamarca ya no fuera tan competitivo como lo es hasta ahora, se transformará en otra industria, no es difícil hacerlo en nuestro país", aseguraba por su parte Steen Müntzberg, de la Confederación Danesa de Empleadores DA.
"Este reajuste laboral servirá para progresar y desarrollar otras iniciativas necesarias para el mercado", concluía Peter Waldorff, de la Confederación Sindical Danesa LO.
Y es que el mercado laboral danés no es ni comparable con el español. Aparte de que su tasa de desempleo es apenas de un 5,8% y la de larga duración no supera el 1,5%, es un híbrido de diferentes elementos que combina, por un lado, un sistema de protección social bien desarrollado y una política activa del mercado de trabajo, donde se prioriza la formación de los desempleados para que se ajusten a las necesidades laborales del momento.
Por todo ello, hace fácil pensar por qué en Dinamarca mantienen la calma ante los miles de despidos que se van a producir en los próximos tres años, y en España, los sindicatos ya se han levantado en armas.
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