La Empresa Estatal de Residuos Radiactivos (ENRESA) presentará de forma inminente, antes del domingo, al Ministerio para la Transición Ecológica el borrador con su propuesta de Plan Nacional de Residuos Radiactivos, que no desecha sino que mantiene el proyecto de almacén temporal centralizado de residuos nucleares y combustible gastado (ATC).
Según ha informado Enresa a Europa Press, con la inminente presentación la empresa estatal de residuos cumple con su compromiso de tenerlo acabado y entregado al Gobierno antes de que acabe el primer semestre de 2019. Esta voluntad fue anunciada el pasado mes de octubre en la sede del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) ante una delegación de la Organización Internacional de la Energía Atómica (OIEA), por el presidente de ENRESA, José Luis Navarro.
De este modo, el Ministerio para la Transición Ecológica conocerá entre este jueves y, a más tardar, el domingo el plan de la empresa encargada de los residuos radiactivos.
Desde Enresa han defendido, en declaraciones a Europa Press, que el borrador es "coherente" con los objetivos del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima para el periodo 2021-2030, que España ha presentado a la Comisión Europea y va en línea con el protocolo de cierre progresivo del parque nuclear español adoptado el pasado mes de marzo entre el Gobierno y los titulares de las centrales nucleares españolas.
Según ha podido conocer Europa Press, en líneas generales, el escenario de cese de operación se ha definido en el borrador del plan que no prevé un periodo de latencia de los reactores sino su desmantelamiento "inmediato" una vez que se acometan las operaciones y actividades de cierre y preparación para su desmontaje.
Además, mantiene el modelo de gestión, licenciado en España de los residuos de baja y media actividad y muy baja actividad que se seguirán almacenando de manera definitiva en el centro de almacenamiento de El Cabril (Córdoba).
Asimismo, en este horizonte, el plan de España "no contempla" la opción de reprocesar el combustible nuclear gastado, como sí hace, por ejemplo otros países del entorno como Francia o Reino Unido.
APUESTA POR ATC COMO PASO PREVIO AL AGP
En definitiva, lo que Enresa plantea es gestionar el combustible gastado con una primera fase de enfriamiento en la piscina, a continuación un almacenamiento temporal en seco para terminar con un almacenamiento definitivo en un almacén geológico profundo (AGP).
Si bien, Enresa añade que para este almacenamiento de carácter temporal para el combustible gastado, tanto para los residuos de alta actividad y los residuos especiales se establece en un Almacén Temporal Centralizado (ATC) con un periodo de operación de unos 60 años.
Por tanto, aunque se mantuvieran los almacenes temporales individualizados (ATIS) que ya se están construyendo o que se han licenciado por parte del Consejo de Seguridad Nuclear, en el futuro, no se descarta la opción del ATC, una propuesta impulsada por unanimidad del Congreso de los Diputados de 2008 que tras años de polémica fue paralizada el pasado verano por orden del Ministerio par la Transición Ecológica hasta conocer, precisamente, el nuevo plan de residuos radiactivos de Enresa, puesto que el anterior venció en 2013.
Por otro lado, las líneas generales del plan apuestan por el desmantelamiento "inmediato" de las de tipo agua ligera, es decir, todas excepto Vandellós I.
Esto significa que el proceso se hará como en la central nuclear de José Cabrera (Zorita), en Guadalajara, que no ha estado parada durante un periodo de latencia sino que empezó a ser desmantelada tras realizar las preceptivas actividades preparatorias, a diferencia de Vandellós I.
Una vez que el Ministerio para la Transición Ecológica conozca el plan, podrá modificar el borrador y propuesta de ENRESA. Si bien, la tramitación del nuevo Plan General de Residuos Radiactivos seguirá una tramitación conforme a lo indicado en la Ley 21/2013, de 9 de diciembre, de evaluación ambiental.
Esto es, de acuerdo con el artículo 5 del Real Decreto 102/2014, de 21 de febrero, para la gestión responsable y segura del combustible nuclear gastado y los residuos radiactivos y deberá hacerse tras fomentar la participación pública.
Una vez finalizado ese trámite, el Gobierno aprobará finalmente el Plan, a propuesta del Ministerio para la Transición Ecológica después de que el Consejo de Seguridad Nuclear haya emitido un informe y hayan sido oídas las comunidades autónomas en materia de ordenación del Territorio y Medio Ambiente. Del Plan aprobado se dará cuenta posteriormente a las Cortes Generales.
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