El grupo químico alemán Basf ha anunciado que acelerará su desinversión en dos 'joint-ventures' en China después de que hayan aflorado denuncias sobre posibles violaciones de los derechos humanos en dichas plantas, sitas en la región occidental de Xinjiang, hogar de los minoría uigur, de confesión musulmana.
Según ha comunicado la propia empresa, las instalaciones afectadas son las fábricas de Markor y Markor Meiou, ambas en la ciudad de Korla, y, aunque ni las auditorías internas y externas han hallado pruebas de ninguna vulneración de los derechos humanos, tanto el 'Der Spiegel' como la televisión pública alemana 'ZDF' han denunciado que las socias de Basf espiaron a sus trabajadores de origen uigur.
"Los informes publicados recientemente relacionados con el socio de la empresa conjunta contienen graves acusaciones que indican actividades incompatibles con los valores de Basf", ha asegurado la firma.
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