Política energética

Biden y el rey saudí se comprometen a estabilizar el suministro energético global

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El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, conversó este miércoles con el rey de Arabia Saudí, Salman bin Abdelaziz, sobre el suministro global de energía, en el contexto del aumento de los precios del crudo y la crisis entre Rusia y Ucrania.

Biden y el rey Salman hablaron por teléfono acerca de la guerra en el Yemen y las negociaciones sobre el programa nuclear de Irán, pero también abordaron el estado del mercado energético global.

"Los dos líderes reiteraron el compromiso de Estados Unidos y Arabia Saudí de asegurar la estabilidad de los suministros globales de energía", indicó la Casa Blanca en un comunicado.

Estados Unidos ha reconocido que está en contacto con grandes productores mundiales de gas natural, con el objetivo de ayudar a la Unión Europea (UE) a encontrar alternativas al suministro ruso de esa fuente de energía.

Los países europeos temen que una posible invasión de Ucrania por parte de Rusia derive en problemas para su suministro energético, que depende en parte del gas ruso.

Arabia Saudí lidera junto a Rusia la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), a la que Estados Unidos ha presionado en los últimos meses para que incremente su producción, con el objetivo de rebajar los precios del crudo, que están en niveles máximos desde 2014.

La semana pasada, los veintitrés miembros de la OPEP+ acordaron mantener su calendario con un aumento de 400.000 barriles diarios en marzo, a pesar de la presión de Washington para que abrieran más el grifo.

Las tensiones entre Ucrania y Rusia, el segundo mayor productor del mundo con unos 10 millones de barriles diarios (mbd), y la amenaza de Occidente de fuertes sanciones contra Moscú en caso de una invasión, han contribuido también a que suban los precios.

En su conversación con el rey saudí, Biden expresó además su "apoyo completo a los esfuerzos liderados por la ONU para acabar con la guerra en el Yemen", que según Naciones Unidas supone la mayor tragedia humanitaria del planeta, con el 80 % de la población del país necesitada de algún tipo de asistencia.

La guerra en el Yemen comenzó en 2014 con la conquista de amplias zonas del país por parte de los hutíes, un movimiento chií apoyado por Irán, y se radicalizó un año después con la intervención de la coalición árabe, encabezada por Arabia Saudí.

Cuando llegó al poder hace un año, Biden detuvo el apoyo a las operaciones militares de la coalición árabe en el Yemen y retiró a los rebeldes hutíes de su lista de grupos terroristas, pero en enero dijo que se está planteando volverles a incluir en ese listado.

En su llamada con el rey Salman, Biden "subrayó el compromiso de Estados Unidos de apoyar a Arabia Saudí en la defensa de su gente y su territorio de los ataques" de los hutíes contra el país, indicó la Casa Blanca.

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