El Departamento de Comercio de Estados Unidos (EEUU) ha alcanzado un acuerdo preeliminar con el proveedor alemán de componentes para el sector de la automoción Bosch que contempla la inyección de hasta 225 millones de dólares (algo más de 214 millones de euros) en subvenciones para la producción de chips de carburo de silicio, esenciales para el funcionamiento de los vehículos eléctricos.
Complementariamente, según se indica en un comunicado, el organismo público respaldará la inversión planificada de Bosch valorada en 1.900 millones para la transformación de su planta en California y le ha ofrecido otros 350 millones de dólares (333 millones de euros) en préstamos gubernamentales para el proyecto.
Estas partidas procederán del fondo de 52.700 millones de dólares (50.244 millones de euros) aprobado en 2022 por el Gobierno de Estados Unidos con el fin de subsidiar la producción e investigación en semiconductores de próxima generación. La Casa Blanca de Joe Biden está acelerando la aprobación de las partidas presupuestarias antes de la llegada al poder de Donald Trump el próximo 20 de enero.
Los chips de Bosch
Las estimaciones de Bosch pasan por producir sus primeros chips en obleas de 200 milímetros en su planta de Roseville (California) a partir de 2026. Estos dispositivos, son clave para el futuro de la industria de la automoción ya que emplean menos energía y son fundamentales para aumentar la eficiencia de la conducción y la carga de vehículos eléctricos.
En 2023, Bosch adquirió los activos clave de la startup TSI Semiconductors alegando que la producción del chip "dependerá en gran medida de las oportunidades de financiación federal".
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