El Gobierno brasileño ha anunciado que desconectará 21 plantas térmicas ante la actual caída de la demanda de electricidad y la necesidad de ahorrar, pese a que a comienzos de año estaba atento a problemas de abastecimiento eléctrico por la prolongada sequía.
Las termoeléctricas que serán desconectadas a partir del sábado fueron parte de las accionadas a finales de 2014 para compensar la reducción de la energía generada por las hidroeléctricas, cuyas represas estaban en mínimos históricos, informó el Ministerio de Minas y Energía.
Estas 21 plantas térmicas tienen capacidad para generar un promedio de 2.000 megavatios de energía y su desconexión supondrá un ahorro de unos 1.576 millones de dólares debido a que la producción térmica es mucho más costosa que la hídrica por usar combustibles como gas natural y carbón, según el Ministerio.
El anuncio de su desconexión se produce cinco meses después de que el propio Ministerio admitiera que el sistema de generación pasaba por "un momento grave" ante la sequía que redujo las presas de las hidroeléctricas a sus mínimos (30 % de su capacidad) y que el país corría el riesgo, aunque mínimo y administrable, de un racionamiento eléctrico.
La gran sequía de finales del año pasado y comienzos de 2015 causó una drástica caída en la generación eléctrica del país, en un 70% dependiente de las hidroeléctricas.
La situación obligó al Gobierno a poner en funcionamiento varias térmicas que son usadas en casos de emergencia debido al alto coste económico y ecológico de la energía que producen.
Parte de estas plantas térmicas podrá ser desconectada ahora gracias a la producción récord de las plantas que generan energía eólica en el nordeste del país y a la recuperación de las reservas de agua de las presas que alimentan las hidroeléctricas en las regiones sudeste y centro-oeste del país, según el Ministerio.
Además de las lluvias, que elevaron los niveles de las represas, Brasil se benefició de la entrada en funcionamiento de nuevas plantas de fuentes alternativas, como eólica y solar.
El director general de la Operadora Nacional del Sistema Eléctrico (ONS), Hermes Chipp, admitió que la desconexión también será posible por la reducción del consumo eléctrico ante la contracción que sufre actualmente la economía brasileña.
"Hay una previsión de que la carga se reduzca en un 1,8% este año. Ese conjunto de factores nos permitió tomar la decisión (de desconectar las térmicas) con seguridad", afirmó Chipp.
El ministro de Minas y Energía, Eduardo Braga, dijo que, pese a la mejoría de la situación, Brasil aún necesita unos 10.000 megavatios generados por plantas térmicas de emergencia.
"Ya tuvimos que contar con hasta 15.000 megavatios de las térmicas en el momento más crítico, pero ahora sólo necesitamos unos 10.000", afirmó.
La puesta en funcionamiento de las térmicas y la mayor oferta de su energía más cara obligó al Gobierno a elevar significativamente las tarifas eléctricas, lo que presionó la inflación a comienzos de este año.
Braga, sin embargo, admitió que aún no es posible decir cuándo podrá el Gobierno comenzar a reducir las tarifas eléctricas.
jj
06/08/2015