La empresa estatal búlgara Bulgargaz firmó este martes un contrato con la turca BOTAS, que le permitirá acceder hasta 2036 a las terminales de regasificación de gas natural licuado (GNL) del país vecino, así como a su red de gasoductos, para importar el combustible azul de diversos proveedores.
El documento fue rubricado por los presidentes de ambas empresas, en presencia del ministro búlgaro de Energía**, Rosen Hristov**, y su homólogo turco, Fatih Dönmez, en una ceremonia en Sofía televisada en directo.
El acuerdo establece que Bulgaria podrá acceder en los próximos 13 años al gas licuado de diversos proveedores occidentales, con el derecho a participar en las eventuales negociaciones con los mismos.
El gas para Bulgaria
Este paso tiene importancia estratégica para el país balcánico, el más pobre de la Unión Europea (UE), que dependía al cien por cien de los suministros energéticos de Moscú hasta el pasado abril, cuando el gigante ruso Gazprom decidió cortarlos en reacción a la negativa de Sofía de pagar su precio en rublos.
"Nos aseguramos la posibilidad de comprar gas de todos los productores mundiales y descargarlo en Turquía, donde es más cómodo desde el punto de vista logístico", declaró Hristov.
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