El Gobierno de Bulgaria, como han hecho Alemania y Hungría, también ha solicitado a Estados Unidos una exención a las sanciones impuestas contra la petrolera rusa Lukoil, que gestiona una gran refinería en su territorio, en la costa del mar Negro, la más grande de los Balcanes.
Según ha confirmado este miércoles en el Parlamento el ministro de Energía de Bulgaria, Zhecho Stankov, la petición fue presentada a Washington a finales de octubre, pocos días después de que la administración de Donald Trump anunciara las medidas punitivas contra Lukoil y Rosneft, la dos principales petroleras rusas.
El objetivo de Estados Unidos es restringir los beneficios de esas dos empresas energéticas para obstaculizar la financiación de la agresión rusa contra Ucrania.
Hasta el momento, las autoridades búlgaras no habían mencionado que habían pedido una exención y hoy tampoco se precisó cuál es el período solicitado.
"Tras el anuncio de las sanciones, el día 23, el día 24 hubo una teleconferencia con los colegas de la OFAC (Oficina de Control de Activos Extranjeros) y el día 27 se envió la documentación con una solicitud oficial de derogación, respaldada por un análisis claro", ha explicado hoy el ministro búlgaro.
Stankov ha asegurado que el objetivo es "obtener una excepción que garantice la paz y la continuidad de la producción en el territorio nacional, cubriendo las necesidades y, por consiguiente, manteniendo los niveles de precios de los combustibles".
Bulgaria y Lukoil
Según el Gobierno búlgaro, el país balcánico -que depende en gran parte de la refinería de Lukoil- cuenta con reservas de gasolina para seis meses, diésel para cuatro y queroseno para dos.









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